Qué alegría que la vida vuelva al bar del pueblo. Qué felicidad que el vermú regrese después de tres meses con las puertas cerradas. Y qué ganas de recuperar esas conversaciones mientras se disfruta de un buen vinito. «Amanecer, y el amanecer se le llama Aurora al amanecer, y al amanecer mi corazón se enamora», decía la canción de José Mercé que sonaba de fondo en el establecimiento hostelero de Huérmeces. Pues eso, amanecer mientras la ilusión se abre paso.
Juanma, José María y José Carlos estaban encantados de 'reencontrarse' ayer en el mismo sitio de siempre, allí donde el tiempo se detiene y donde se habla de todo y de nada. «Aquí te ves más con los vecinos, vienes a charlar y suele acudir mucha gente de la zona; sin bar esto está muerto», comentaban estos tres vecinos de Huérmeces. La reapertura del hotel rural Los Faroles se convertía por fin en una realidad y, después de «tres meses muy duros y largos», los pinchos de tortilla, los torreznos y el queso tomaban el protagonismo.
Al frente de este nuevo proyecto se ha puesto el gaditano Paco Rueda, quien exhibe toda su energía en los fogones y confiesa que llegan para demostrar el valor de la cocina tradicional y del producto de la tierra. Ha recorrido medio mundo con sus platos, pero está convencido del poder de la provincia burgalesa por su «potencial turístico» y reconoce que cada día se enamora más del paisaje. Hace 15 meses comenzó su andadura en el hotel El Molino de Pancorbo, local que da nombre a su empresa, pero ha seguido invirtiendo por el territorio con el hostal La Vid de Briviesca. Y en breve inaugurará otro local en Villalbilla. Tiene una plantilla de más de 30 empleados para estos cuatro establecimientos y no se cierra a otros posibles negocios de hostelería que puedan aparecer.
El chef Paco Rueda se ha puesto al mando del establecimiento de Huérmeces, pueblo con 173 habitantes. - Foto: PatriciaSe trata de los terceros propietarios que llegan al local de Huérmeces en menos de tres años, pero la alcaldesa, Silvia González, confía en que el nuevo gestor dure mucho tiempo. El tema ha generado muchos quebraderos de cabeza en los últimos tiempos, pero por fin la reapertura es un hecho y vive con una ilusión tremenda esta noticia. «Es fundamental para socializar» manifestaba la regidora. «Las cuentas siempre salen; parece que en los pueblos hay poca gente, pero si coge fama el negocio esto se llena y hay mucho trabajo», insistía.
Los vecinos entienden que el hecho de que el establecimiento haya estado cerrado una temporada puede hacer que mucha gente de la zona tarde en volver. «Cuesta arrancar, pero se irá levantando paulatinamente», avanzaban, ya que creen que todos regresarán en cuanto se enteren de la reapertura. En el local se invirtieron más de 200.000 euros y en eso resultó vital el grupo de acción local Adeco Camino, de ahí que no faltara su presidente, Óscar Pérez, para expresar su gran satisfacción por todo lo que mueve un proyecto como este.