Cuando el socialismo burgalés dijo 'no' a Sánchez

DIEGO ALMENDRES / Burgos
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Hace diez años las agrupaciones locales de la provincia eligieron a EduardoMadina en las primarias que llevaron al hoy presidente del Gobierno a la Secretaría General del PSOE. El madrileño se impuso en la Ribera y en Merindades

Pedro Sánchez saluda a simpatizantes socialistas en su útima visita a Burgos, en abril de 2023. - Foto: Alberto Rodrigo

El tiempo pasa lento y, a la vez, demasiado rápido. Solos los más estudiosos y los convencidos amantes de la política recuerdan que hace 10 años hubo unas elecciones europeas -como ocurre en la actualidad- que significaron el fin de la trayectoria en la vida pública de Alfredo Pérez Rubalcaba. Un punto y aparte que cambió para siempre el destino del PSOE.

Fue entonces, hace 10 años, cuando irrumpió con fuerza la figura de Pedro Sánchez en la primera línea de la política nacional. El hoy presidente del Gobierno de la nación completó desde entonces un largo y azaroso trayecto hasta llegar a la Moncloa. Como en todo camino, siempre hay un punto de salida y el primer paso fue conseguir la secretaría general del partido en aquel mes de julio del ahora lejano 2014.

El madrileño se impuso con claridad al favorito en esta convocatoria, aunque en Burgos el escenario fue diferente. Eduardo Madina ya había sumado más avales en la presentación de las candidaturas y encontró en la provincia castellana un respaldo que, sin embargo, fue insuficiente para conseguir su objetivo en Ferraz. 

Esta tierra rompió la tónica general y apoyó al político vasco en las votaciones celebradas el 13 de julio. Un total de 959 afiliados repartidos en 20 agrupaciones estaban llamados a las urnas, de los que 628 ejercieron su derecho al voto. Eso suponía un 65,48%, lo que fue una de las participaciones más altas hasta ese momento. 

Madina logró el apoyo de 302 militantes frente a los 208 que sumó un Sánchez que en 2019, cinco años después, llegó a la presidencia del Gobierno. El tercer aspirante, José Antonio Pérez Tapias, sumó 111 apoyos en aquella jornada de primarias socialista.

La capital lideró esta corriente favorable a Madina, pero no sirvió para alcanzar su objetivo en los resultados finales de la convocatoria nacional. En este caso, la agrupación local mostró su confianza en el vasco con 109 votos sumados de los 209 emitidos, por los 61 militantes que confiaron entonces en el planteamiento de Pedro Sánchez. Incluso, Pérez Tapias aguantó el envite con los 57 apoyos acumulados.

Otras agrupaciones como las de Briviesca, Merindad de Valdivielso o Redecilla del Camino optaron por no emitir ni un solo voto al que a partir de entonces asumió el liderazgo del partido. Por su parte, Lerma, Odra-Pisuerga, Salas de los Infantes, Villarcayo y Valle de Mena sí ofrecieron un apoyo mayoritario a un Pedro Sánchez que logró su mayor victoria en la provincia Aranda de Duero.

El madrileño obtuvo en la capital de la provincia 40 votos, por los 25 de Eduardo Madina y los siete que aunó Pérez Tapias. Un éxito que, además, también encontró réplica en el experimento realizado. 

El secretario general de la Agrupación Local, Luis Briones, explicó días antes que se apostaría de forma experimental una segunda urna para que los simpatizantes de la formación, aunque no afiliados, pudieran también depositar su voto. De esta manera, desde la capital ribereña se quería tomar el pulso a la ciudadanía. 

Hasta la sede se desplazaron 30 personas que, solo con identificarse, pudieron mostrar su preferencia por uno u otro candidato. En este caso, sin embargo, sus votos no tuvieron validez oficial y únicamente se contabilizaron a título informativo. 

Si el triunfo oficial de Sánchez en la Ribera del Duero burgalesa entre los afiliados fue claro, más aún puede considerarse entre los no afiliados. De las 30 papeletas depositadas, 26 fueron para el representante de la agrupación madrileña, mientras que el vasco se tuvo que conformar solo con cuatro.