Con esa montaña de libros se creará una biblioteca. Una gran montaña de ilusión y empeño con la que Aránzazu Fonfría y Fuen Márquez han conseguido levantar un nuevo espacio cultural. En Villariezo se han empeñado en dejar de ser un pueblo dormitorio y que cada vez su día a día cuente con más vida, por lo que desde el nuevo Ayuntamiento no han dudado en aceptar de inmediato la propuesta de estas dos vecinas voluntarias y adaptar una sala para crear un coqueto rincón de lectura y estudio.
«Queremos que los niños puedan venir aquí a estudiar o a leer un libro, ya que no tenemos ninguna sala de este tipo y es muy importante invertir en cultura», comenta el alcalde, Juanjo Martínez, quien asegura que el espacio tendrá un funcionamiento similar al de un centro cívico de la capital. Le gustó la propuesta de Aránzazu y Fuen, por lo que hace medio año empezaron a moverse para recopilar libros. Se han visto desbordados y han recibido más de 5.000, aunque solo se han quedado con los mejores y por ello la cifra final se situará en unos 4.000 ejemplares.
En estos momentos ultiman los detalles para que este espacio de lectura se encuentre en perfectas condiciones. «Lo estamos haciendo por una clasificación temática simplificada, estamos siguiendo el protocolo, por lo que lo vamos separando por diccionarios generales, novela histórica, literatura universal...», desarrolla Aránzazu. Este éxito lo han conseguido a través de las donaciones «de vecinos del pueblo y de todo Burgos» y reconoce que hay una gran cantidad de libros de interés. Además, los niños también contarán con un espacio propio que incluye juegos de aprendizaje. Tendrán una veintena de sitios para estudiar y está previsto incluir revistas o el periódico.
Desde el Ayuntamiento van a colocar un código a la entrada para que la gente pueda acceder fácilmente cuando lo desee. Además, confían en que se utilice bastante y por ello de cara al futuro también plantean llevar a cabo una ampliación para incluir más estanterías. De hecho, quieren que este se convierta en un lugar de reunión y que sirva para estrechar lazos con otros vecinos. «Queremos que deje de ser un pueblo dormitorio y que tenga actividades, con sitios donde socializar», dice Martínez, mientras detalla que poseen 1.000 habitantes y entre ellos hay muchos niños.
Este edificio se empleaba anteriormente para realizar gimnasia, pero ahora las actividades deportivas -como zumba, pilates o yoga- se han trasladado a la zona del polideportivo. «Es una sala muy luminosa y apenas tenía uso», comentan, por lo que se ha renovado por completo el espacio y ahora luce con una cara nueva.
El espacio se llamará Gabino Saiz Sastre, nombre de un vecino de 96 años. «Es alguien muy importante en la investigación de la historia de Villariezo, lo hizo de forma altruista y queremos darle un reconocimiento», expone el regidor.