Destino o casualidad, una de las primeras cosas que Johan Wagenaar hizo el pasado lunes fue rememorar el día del ascenso del Aparejadores a la élite tras ganar al Sevilla en San Amaro. «Esta mañana me salió el partido en YouTube y lo volví a ver. Se lo mandé a (Juan) Aristemuño por un grupo que tenemos y nos emocionamos... ¡Qué buenos recuerdos!», expresa el segunda línea sudafricano del Recoletas Burgos Caja Rural-Aparejadores, que arrancó la semana más importante del curso acordándose de otra leyenda del club. Precisamente, él es ahora el hombre con más partidos de la historia de la entidad (170) al haber superado al argentino (114). Por el camino, ha evolucionado él y ha evolucionado el club, que ahora busca confirmarse como el mejor del país venciendo al VRAC el sábado en la final de la Copa del Rey. «Estamos preparados para traer la copa a Burgos», asegura.
¿Cómo es la semana de preparación de una final?
Ya hay un sudor en las manos que te indica que este fin de semana viene algo grande. La preparación no es como la de un partido de liga normal. Hay otro 'feeling'.
De nuevo el VRAC estará enfrente. Parece que no hay final sin que el rival sea el cuadro vallisoletano.
Nos hemos visto muchos las caras, sí (ríe). Sabemos cómo juegan y dónde nos tenemos que preparar mejor. Queremos la revancha, queremos ganarles sí o sí.
¿Qué ha cambiado en ambos equipos desde que se midieron en Sevilla en la última final de la Copa del Rey?
Lo que no ha cambiado es la base de ningún equipo. A nosotros nos fue mucho más fácil trabajar al principio de la temporada porque los jugadores ya se sabían el sistema de juego. Por eso ahora estamos mucho más preparados. Sabemos qué es jugar finales porque ya hemos jugado tres en las últimas dos temporadas. Estamos listos para todo. Ellos también saben jugar... y ganar finales, pero al final puede pasar cualquier cosa. El equipo que crea más es el que se lo llevará. Ahora ya es matar o morir.
El curso pasado el VRAC resultó ganador de las dos finales, imagino que aquello no se olvida...
Hay un montón de ganas de revancha. Ya vivimos dos veces lo que supone salir del campo derrotados a pesar de que todo el trabajo hecho era bueno. Nadie conoce al equipo que juega la final y la pierde, nadie se acuerda del que queda segundo. Ese dolor todavía lo tenemos y por eso no queremos volver a sentirlo.
Jugarán en el Estadio Ciutat de Valencia y más de mil aficionados viajarán desde Burgos para presenciar la final. ¿Cuánto motiva ese hecho?
Creo que esta vez el escenario será una atracción para la gente. Es verdad que Sevilla fue una experiencia muy buena, pero el campo era el mismo que durante la liga. Eso cambió en Albacete (jugaron en el Estadio Carlos Belmonte) y ahora en Valencia. Es como un sueño, todo el mundo quiere jugar en este tipo de campos con la hierba perfectamente cortada. Eso motiva a los jugadores.
¿Imagina un duelo tan igualado como vienen acostumbrando con el VRAC?
Las diferencias son muy pocas y en el último duelo de liga, aquí en San Amaro, se vio. Perdimos de un solo punto (26-27). Creo que a partir de ese día hemos mejorado mucho y las lesiones nos han respetado bastante, aunque fue una pena lo de Valentín Bustos (rotura del ligamento cruzado de su rodilla derecha). La final puede ser tan igualada como fueron las anteriores, pero quiero creer que somos mejores y que la gente no sufrirá tanto esta vez porque todavía me acuerdo de la final de liga del año pasado en Valladolid. Fue el partido más largo de mi vida. Fue muy duro, pero en la prórroga sacas energía de cualquier lado.
(La entrevista completa, en la edición impresa de este jueves de Diario de Burgos o aquí)