En Salgüero a las diez de la mañana ya estaban activos. Ya había gente calentando, voluntarios ultimando detalles y conversaciones de pasar el rato esperando a que se diese el pistoletazo de salida. A esas horas, en este noviembre que ya quiere despedirse con el frío identitario que por momentos ha perdido, era de los pocos reductos de vida activa que se podían encontrar por los alrededores. Se estaban movilizando por una buena causa. Es la XII vez que se movilizan con fines benéficos, el año pasado fue contra el cáncer y este año ha tocado contra el párkinson.
Cada año el Ayuntamiento de Ibeas de Juarros, en colaboración con la Diputación de Burgos, escoge una asociación o entidad a la que donar dinero, plantean una semana temática con actividades de todo tipo y acaban cediendo la recaudación de los fondos que consiguen reunir con las aportaciones de voluntarios y participantes. En el evento de ayer se consiguió poner dorsal a 167 personas. Cada inscripción tenía un coste de cinco euros que daba derecho a una mochila de avituallamiento para reponer fuerzas durante el trayecto y, por cinco euros más, podías quedarte a comer y terminar con el mejor sabor de boca posible.
Eso después de caminar durante las horas que cada uno tardase en recorrer los 10 kilómetros programados en la ruta. Sin competición establecida ni premios previstos, el objetivo no era otro que el de disfrutar de un recorrido por el último tercio de un otoño que sigue dejando hojas caídas a su paso. Con la exclusividad de los caminos y el lujo del paisaje bañado en el todavía fresco rocío de la noche, la hilera de participantes iba rompiendo el silencio del bosque.
Cada persona iba buscando su ritmo formando pequeños grupos. - Foto: Iván LópezCon la agradable presencia también de un sol que quiso sumarse con su luz a la iniciativa, el guion les planteó una parada técnica en Mozoncillo. Una media hora de reunión para continuar cogiendo fuerzas y de vuelta a la acción rumbo a Salgüero. El grupo, que cerraba un coche escoba pendiente de que nadie se quedase atrás, estaba conformado por niños, mayores, locales y foráneos. Todo un crisol de identidades para caminar unidos en una misma dirección.
Y caminando en favor del párkinson cerraron una marcha que daba entrada a la comida posterior y a una tarde con actividades que se prorrogarán hasta el día de hoy. Entre ellas se encuentran la actuación de un mago o una tómbola solidaria con material donado por vecinos. Todo el dinero recaudado irá, en esta ocasión, a parar a manos de la Asociación Parkinson Burgos, siendo realmente, las personas que sufren esta enfermedad, los verdaderos ganadores de la marcha.