El Silbö San Pablo ha comenzado su tercera aventura en Primera FEB con el ascenso como objetivo y lo ha hecho respaldado por los resultados y las sensaciones. En ninguna de las temporadas anteriores seguía invicto a estas alturas ni había mostrado tanta solvencia ante rivales directos. Tras dos proyectos que se quedaron a las puertas y no terminaron de encandilar a la afición, la nueva apuesta está convenciendo a la grada y acallando las voces críticas habituales de cursos anteriores.
A veces las sensaciones son tan importantes como los resultados y esta vez el San Pablo desprende un aura de equipo grande, solvente y con argumentos para capear los momentos complicados. Todavía es demasiado pronto, habrá altibajos y muchos 'gallos' al acecho, pero de momento el pleno de victorias da una tranquilidad al proyecto que no se vivió en años previos.
En la temporada posterior al descenso, Paco Olmos inició un proyecto con un plantel con muchos nombres que nunca llegaron a ofrecer su mejor nivel. El mayor representante de aquella filosofía fue Rasid Mahalbasic, un hombre muchísimo talento que no marcó diferencias con la regularidad esperada en la categoría. Además, tuvo que incorporar a Luka Rupnik al principio del curso porque el equipo no carburaba y después, ya con Curro Segura en el banquillo, llegaron fichajes como Khyri Thomas, Carlos Suárez y Ioannis Kouzeloglou. El San Pablo mejoró notablemente y se coló en la Final Four, pero cayó derrotado ante el Palencia en su propia casa.
(Más información, las plantillas de estas temporadas y la crónica del partido de este martes en Copa España ante el Clavijo, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos o aquí)