Sin haberse cerrado aún la polémica entre el comercio y el Ayuntamiento a raíz del cobro de la tasa de ocupación del espacio público por la instalación de determinados elementos en el exterior de su establecimiento, surge un nuevo problema relacionado con el uso de la carga y descarga de los vehículos. La asociación Centro Burgos denuncia que desde hace dos meses algunos de sus empresarios han recibido multas por haber utilizado este servicio con sus vehículos particulares y en el horario establecido, teniendo en cuenta que estos coches figuran en el registro que de forma periódica se envía al Consistorio con el fin de «facilitar» el desarrollo de esta actividad económica en las calles del casco histórico.
La agrupación recuerda que este sistema de acceso se remonta a octubre de 2020, cuando se acordó el mismo con el anterior equipo de Gobierno tras anularse las tarjetas físicas que había en vigor desde 2012, quedando plasmado en un Decreto. Desde ese momento, ha continuado en funcionamiento sin mayores contratiempos y con un volumen de turismos de entre 25 y 30 como máximo, según explica la gerente de la entidad, Belén Marticorena, quien, no obstante, precisa que han sido varias las ocasiones en las que han intentado ponerse en contacto con los nuevos responsables municipales para poder abordar esta cuestión.
«Llevamos desde el pasado mes de enero tratando de mantener una reunión con el concejal de Movilidad tras tener conocimiento de la próxima aplicación de la nueva ordenanza», precisa Marticorena en referencia a la Zona de Bajas Emisiones y al modo en que esta afecta a dicho servicio. En este sentido, precisa que la propia normativa contempla excepcionalidades entre las que se incluiría al colectivo con el fin de «facilitar» su trabajo, al tiempo que detalla que en el único contacto «verbal» que han mantenido con el edil este «nos dijo que no nos preocupáramos porque se iba a tener en cuenta la situación específica de los comerciantes del casco histórico» de la ciudad.
La entidad critica que también se les reclame dinero por trasladar artículos en Burgostock
Todo ha transcurrido, según detalla la gerente de Centro Burgos, dentro de la normalidad hasta que «hace dos meses» la asociación comenzó a recibir las quejas de los asociados tras haber recibido multas por estacionar sus vehículos para realizar tareas de carga y descarga dentro del horario. Al respecto, avanza que ya se ha remitido un escrito al Ayuntamiento exponiendo esta situación y reivindicando que «se respete el registro que había».
Segunda notificación. Más allá de esta cuestión, la entidad gremial muestra su sorpresa por una segunda notificación a nombre en este caso de la propia asociación en la que se liquida la tasa de utilización de dominio público, en concepto de utilización de la carga y descarga durante la celebración de la pasada feria de gangas, por un importe de 136 euros. Marticorena precisa que para dicha muestra, que se celebró del 29 de febrero al 3 de marzo en el monasterio de San Juan, la entidad solicitó autorización al Ayuntamiento para poder desarrollar las labores de entrada y salida de mercancía a los comerciantes, con lo que no se explica el motivo de haberse cursado un cobro que, tal y como anuncia, se recurrirá mediante la interposición de un recurso de reposición.
Asegura haber solicitado reuniones en varias ocasiones sin recibir respuesta
«Se trata de una tarea necesaria para poder desarrollar una actividad que está incluida en el convenio de colaboración que mantenemos con el Ayuntamiento y que ampara esta acción», subraya, al tiempo que critica que «todo son trabas a la hora de poder desarrollar cualquier iniciativa y ejercer esta actividad» en el centro de la capital. En este sentido, sostiene que aún no han recibido respuesta alguna a los escritos remitido a distintos responsables municipales respecto al cobro de tasas por la ocupación de espacios públicos, de tal forma que «no se realizará ningún tipo de ornamentación en el exterior de los establecimientos», algo que a juicio, se desarrolla «en favor del embellecimiento» de las calles del casco histórico máxime en fechas próximas como la Navidad. «No haremos nada hasta que no contemos con la seguridad o el compromiso de que no conllevará coste alguno», concluye.