La A-73 acumulará más de dos décadas de retraso

D. ALMENDRES / Burgos
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Hace 16 años comenzaron las obras de una autovía que pretendía dar servicio en 2013. Hoy dos tramos de la provincia están sin licitar y el horizonte más optimista va más allá de 2030

Imagen de las obras que se desarrollan en el futuro tramo Quintanaortuño-Montorio. - Foto: Valdivielso

Muchas cosas han pasado desde que el 12 de mayo de 2008 el Ministerio de Fomento (hoy llamado Ministerio de Transportes) anunciara que todos los tramos de la autovía entre Burgos y Aguilar de Campoo estarían en obras en el año 2009.Era el impulso definitivo a un gran proyecto que, al ejecutarse prácticamente de forma simultánea todos sus tramos, fijó un horizonte máximo de cinco años para poner en servicio los nuevos 71,4 kilómetros desdoblados. 

Los primeros movimientos de tierra comenzaron en el verano de 2008 y la previsión más conservadora de aquel momento contemplaba que la autovía fuera una realidad en el año 2013. La realidad, sin embargo, es tozuda y dice que la A-73 acumula hoy más de una década de retraso sobre esos cálculos iniciales. 

El primer tramo se abrió, precisamente, en 2013. Y lo que es peor, la paralización que arrastran en este momento las actualizaciones de los dos tramos descolgados de la provincia de Burgos hace peligrar su funcionamiento esta década para acercarse en el contexto actual a un horizonte que a buen seguro se irá más allá de los 20 años de retraso.

Valga como resumen la situación actual.El lento paso del tiempo solo ha servido para abrir 22 kilómetros -de los cuales 10 pertenecen a los tramos más cercanos a Burgos- de los 71 kilómetros que completarán el trazado que conectará la capital castellana conAguilar. Además, hay otros 11,5 en obras.La construcción del futuro tramo Quintanaortuño-Montorio alivia el atasco generalizado de un recorrido desarrollado a trompicones.

No fue hasta 2021 cuando se abrió el nuevo segmento entre Pedrosa de Valdelucio y Báscones de Valdivia, totalmente aislado del resto de conexiones con 12 kilómetros que esperan la reactivación de los tramos guardados en un cajón. 

Esa es la cuestión clave para dibujar un nuevo horizonte realista que podría eternizar la finalización de la A-73. El Ministerio tiene dos opciones con esta autovía. Si se quiere imprimir rapidez no queda otra que encargar ya la actualización de los proyectos de los tramos mencionados y, posteriormente, hacer coincidir las obras de ambos con el horizonte fijado en 2030. Si, como parece, el escenario se mantiene en los parámetros actuales, se avanzará de tramo en tramo con licitaciones independientes. Ello retrasaría el plan hasta el año 2040.

Y eso que Transportes asegura que las respectivasDeclaraciones de Impacto Ambiental mantendrán su vigencia una vez concluido el periodo de prórroga concedido para mantener la validez de los documentos. El Ministerio justificó esta circunstancia en que «ya se iniciaron parte de las actuaciones que contemplaban las respectivas Declaraciones y con ello se evita su caducidad, conforme a la normativa vigente». La respuesta del Ministerio es tajante, aunque existen voces políticas que insisten en la necesidad de empezar de cero con este trámite una vez vencidos los plazos legales estipulados. Y ello supondría más retrasos.

El tramo en ejecución de A-73 Quintanaortuño-Montorio ya vivió una situación similar. Tras recibir el visto bueno en diciembre de 2017, la autorización caducó y fue necesario pedir una prórroga de dos años. En este caso, los trabajos comenzaron a tiempo en 2023 y ya se avanza en las primeras fases de la construcción. 

La UTE formada por FCC Construcción y Construcciones y Obras Llorente debería concluir las tareas en el aún lejano otoño de 2026.De cumplir a rajatabla con estos plazos, dentro de dos años aún quedarían por construir 37,8 kilómetros divididos en tres tramos. Uno de ellos, el que unirá Báscones de Valdivia y Aguilar de Campoo se construirá íntegramente en la provincia de Palencia.

La cuestión ahora se centra en los dos segmentos centrales, el de Montorio a Santa Cruz del Tozo y el que continúa hasta el enlace en Pedrosa de Valdelucio.El Ministerio no se decide a licitar la actualización de los proyectos, con lo que la puesta en servicio de la autovía se eternizará. 

La situación se alargará como mínimo dos años en cada uno de ellos en su fase inicial, a lo que hay que sumar el plazo de alegaciones previo a su aprobación definitiva. Y, a partir de ahí, iniciar la cuenta atrás para el comienzo de los trabajos. Un puzle que se resolverá en un futuro aún muy lejano.