Proyectan un parque eólico junto a 250 molinos más

P.C.P. / Burgos
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Los 26 aerogeneradores del proyecto Titeras se repartirían por fincas agrícolas de Presencio, Villangómez, Estépar, Cogollos, Valdorros y Arcos, con kilómetros de tendidos que cruzarían Albillos, Cayuela, Buniel...

Imagen de archivo de aerogeneradores en la provincia de Burgos. - Foto: Luis López Araico

¿Cuántos aerogeneradores por kilómetro cuadrado puede soportar un territorio? ¿Cuántas aspas de molinos se ven capaces de esquivar las aves de un hábitat antes de chocar y caer moribundas? ¿Y metros de tendidos eléctricos? ¿Cuántas parcelas productivas debe sacrificar una sola comarca en aras de la lucha contra el cambio climático? La misma respuesta sirve para todas las preguntas. Cientos y cientos, a juzgar por el incesante goteo de proyectos de parques de energías renovables que aspiran a ubicarse en la provincia de Burgos. El último de ellos se ha bautizado con el nombre de Titeras y acaba de entrar para la fase de consultas previas en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, puesto que su potencia supera los 171 megavatios.

Generación Renovable del Norte 5 plantea un nuevo proyecto eólico con 26 aerogeneradores, que se sumarían a los 249 que ya se encuentran en funcionamiento en otros 17 parques ubicados en un entorno de 15 kilómetros, además de otro de par de instalaciones en tramitación, denominadas Terrae y Abrazadilla, pero menos significativas en número, con 5 y 3 molinos, respectivamente.

Titeras se instalaría en fincas rústicas de Presencio, Villangómez, Estépar, Cogollos, Valdorros y Arcos, y también cruzaría terrenos de Albillos, Cayuela, Buniel... con no menos de 14 kilómetros de tendidos aéreos, lo que entrañaría efectos acumulativos negativos sobre la fauna y sus hábitats, así como por la pérdida de suelo agrario, tal y como reconoce el promotor en la documentación inicial remitida al Miteco. Las obras durarían 24 meses.

Sin embargo, subraya que «los aerogeneradores se sitúan en su totalidad en zonas con Sensibilidad Ambiental Baja», según la herramienta elaborada por el propio Ministerio para «identificar las áreas del territorio nacional que presentan mayores condicionantes ambientales para la implantación de estos proyectos», aunque totalmente rodeados de zonas de máxima sensibilidad (ver mapa adjunto), por las que además tendría que atravesar el tramo final de la línea de alta tensión que conduciría la energía desde la subestación construida en Villangómez hasta una de las colectoras, la de Buniel o la de Villalbilla, extremo que queda por definir en el proyecto. «Ha de señalarse que estos cruzamientos son inevitables dada la localización de la poligonal y de la SET de destino. Se ha buscado en todo caso minimizar la longitud de trazado que discurre por zonas de sensibilidad máxima», subraya el promotor.

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