Es un hecho evidente, pero nunca está de menos recordarlo. Los tiempos en los que los hombres trabajaban y las mujeres se dedicaban a las labores del hogar son historia, pero aún muy reciente. El Polo de Promoción Industrial de Burgos, por ejemplo, fue un proyecto marcadamente masculino y todavía queda ese sesgo en las plantillas de muchas de las empresas que nacieron en los años 70 y que hoy siguen activas en la economía provincial.
Pese a ello, el peso de la mujer en todos los ámbitos del mercado laboral burgalés ha crecido de tal forma que hoy sería totalmente inviable sin su participación (y la de los trabajadores inmigrantes). De hecho, con una economía que roza el pleno empleo (con un 6,47% de tasa de paro) se han alcanzado las mayores cotas de afiliación femenina a la Seguridad Social de la historia, rozando las 73.000 afiliadas de media el pasado mes de noviembre.
Se trata de la cifra más alta registrada en los últimos 20 años de historial estadístico de la Seguridad Social y que supone un crecimiento de un 21,6% con respecto a la última década, mucho más del doble de lo que crecen los hombres desde 2014, un 8,05%.
En cifras redondeadas, hoy operan en Burgos 83.000 hombres y 73.000 mujeres, cifras que siguen una tendencia al equilibrio en los últimos años y de cara al futuro, aunque sigue habiendo matices. Hay más paradas que parados (6.700 frente a 5.000 en la última Encuesta de Población Activa) y, sobre todo, los tiempos de trabajo contratados difieren sustancialmente entre sexos y con ellos los salarios (como reflejan las estadísticas de la Agencia Tributaria).
Tomando como referencia el Régimen General de la Seguridad Social, el más numeroso, el 74% de los contratos con los que hoy trabajan los hombres en Burgos son indefinidos a tiempo completo, frente al 44,5% de las mujeres. También hay más fijas discontinuas (5,6%) que fijos discontinuos (3,4%).
En los contratos temporales ocurre justo lo contrario: los porcentajes femeninos son mucho más altos que los masculinos: 12,3% frente al 7,6% en trabajos a tiempo completo y 5,07% frente a 3,3% en los de a tiempo parcial.
Detrás de estas cifras se esconde el empleo en los sectores más feminizados y los que más están moviendo la contratación: el sanitario, los servicios sociales, la limpieza, las labores del hogar y, en menor medida, la hostelería y el comercio.
Pese a lo avanzado en los últimos años, ellas trabajan más pero menos tiempo y en actividades y sectores peor valorados salarialmente.
En tercer trimestre del año, las ocupaciones más ofertadas en Burgos son ocupadas mayoritariamente por mujeres:auxiliares de enfermería hospitalaria y personal de limpieza de oficinas y hoteles, en los dos primeros puestos. Es más, en ese periodo hubo más contratación femenina que masculina entre las 50 ocupaciones más ofertadas en la provincia.
Además de en las ocupaciones antes mencionadas, ellas fueron mayoritarias en los contratos de camareros asalariados, en vendedores de tienda y almacén, en ayudantes de cocina o trabajando en los cuidados a las personas.
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