Como «un mercado persa». Como una pelea sin cuartel. Como «una lucha entre países enteros y grandes monstruos de la logística internacional» para intentar ganar la pugna al mejor postor, pero cuidándose mucho de no ser estafados y de no dejarse por el camino más sobreprecios que los absolutamente imprescindibles.
Así define Nacho San Millán, máximo responsable de la empresa burgalesa Asercomex Logistics, el trabajo que llevan realizando él y su equipo durante jornadas interminables a lo largo de las últimas dos semanas para conseguir traer a Castilla y León material sanitario importado de China gracias a la experiencia previa que habían acumulado durante años en asuntos aduaneros y transitarios.
Por el momento han logrado traer nueve aviones cargueros que han aterrizado en Zaragoza, Madrid o Barcelona (algunos de ellos compartidos con otras mercancías y empresas) y esperan la llegada de otros cinco en los próximos días.
Desde el estallido de la crisis del coronavirus el mayor déficit de los países europeos (ahora en la pugna entra también Estados Unidos) ha sido la falta de producción propia de mascarillas, gafas, pantallas protectoras y batas para los profesionales que están luchando contra el virus en primera línea del frente. Y por eso los contactos en el gigante asiático están resultando fundamentales para lograr la importación de bienes que ahora son más preciados que el oro.
San Millán trata de ser discreto y cuenta solo lo que puede sobre cómo se están desarrollando las operaciones, pero su relato ayuda a reconstruir con trazo grueso los pasos ya avanzados. Cuando la Junta de Castilla y León se decide a hacer las compras por su cuenta, sin esperar al Gobierno central, contactan con Asercomex, conocedores de que ellos llevan años trabajando con China y tienen colaboradores españoles allí que saben cómo funcionan los entresijos económicos y culturales «porque entre chinos se entienden mejor, aunque nosotros desde aquí les damos instrucciones».
La firma burgalesa, con sede en Villafría y también una oficina en Madrid, se pone entonces en contacto con «gente seria, proveedores de este tipo de materiales que sean de fiar porque todo el mundo tiene miedo a las estafas», cuenta el consejero delegado. «Yo ponía la mano en el fuego por los españoles que conozco allí, al menos al 99%. Les di a los de la Junta una serie de relaciones de empresas», añade.
Empezaron a movilizarse lo más rápidamente posible, pero ya había competidores internacionales de por medio. «La primera operación se nos escapó por unos americanos. Fue entonces cuando les dije que o agilizábamos los pagos o perdíamos las compras, y entonces Valladolid habilitó un sistema de transferencia rápida, porque hay que decir que en la administración también están trabajando 24 horas».
el dinero por delante. En China quieren el dinero por adelantado y eso hacía dudar al Gobierno regional, pero finalmente el problema se solventó y así consiguió llegar un primer avión el martes 24 de marzo con seis toneladas de mascarillas. Lo más duro, abrir la conexión, ya se había logrado pero había que consolidarla. Y para eso insiste San Millán en que «se ha luchado ante países mucho más potentes que ofrecían precios más elevados, grandes empresas alemanas, danesas… pero por la seriedad de mis contactos se están respetando los acuerdos».
La diferencia horaria con China hace todavía más difícil el cierre de las operaciones. San Millán ya está en marcha a las 7 de la mañana y a su alrededor trabaja un su equipo compuesto con casi una treintena de personas «dando el 100% para solventar todos los marrones y los problemas en las aduanas», el punto crítico donde después de superar los recelos de los proveedores pueden quedarse atascados los envíos.
«Tengo un equipo humano impresionante, somos una empresa castellano y leonesa, de Burgos, que estamos poniendo nuestro bagaje a disposición de la sociedad», resalta, y para la que agradecería que se mantenga el reconocimiento cuando todo esto pase, «que luego los clientes no nos digan que somos un poco más caros que las grandes multinacionales».