Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


¡¡¡Gol, goool!!!

16/07/2024

Fue mucho más que un triunfo futbolístico. Los gritos y las explosiones de alegría que acompañaron a los dos goles de España superaron, con amplitud, lo meramente deportivo. La selección de Luis de la Fuente ha logrado en Alemania lo que parecía imposible: unir a todo el país (o casi) bajo una bandera de la que se habían apropiado unos pocos, despertar una ilusión colectiva sin distinción, esta vez, de credos e ideologías. El milagro ha sido posible durante una temporada. Ya veremos cuánto dura, pero, por ahora, que nos quiten lo bailao. El júbilo común del domingo es historia de la buena. Como también lo es que dos de los héroes hispanos sean hijos de inmigrantes, de gentes humildes que llegaron aquí en busca de una vida mejor y que lo han logrado a través de sus descendientes. Es otra de las principales victorias de los nuevos campeones de Europa. Los padres de Nico Williams cruzaron, a pie sin agua ni comida, el desierto. Su madre estaba embarazada. Poco después nació Iñaki Williams, la referencia vital y futbolística de Nico. Un abogado bilbaíno les echó una mano y hasta ahora. Lamine Yamal ha sido otra de las grandes revelaciones de esta Eurocopa. De padre marroquí y madre ecuatoguineana, se crió en una barrio de Mataró, Rocafonda, del que presume orgulloso y al que rinde homenaje cada vez que marca un gol luciendo con sus dedos el 304, código postal de una barriada marginada y estigmatizada, de esas que algunos, ¿verdad Abascal?, consideran un gueto impropio de este país. «Que se vayan, billete de vuelta», dijo hace poco con caridad cristiana Juan García-Gallardo, ex vicepresidente de Castilla y León. Afortunadamente, los padres de Lamine y los de Nico se quedaron y hoy son héroes nacionales aclamados por todos y convertidos en ejemplo y espejo para esos miles de niños que quieren ser futbolistas. Por eso, la victoria indiscutible y emocionante del domingo tiene una dimensión que excede lo deportivo. Los gritos de ¡¡¡gol, goool!! significan mucho más que la demostración de alegría por haber marcado España. Son el reflejo de un cambio, ojalá duradero y hondo, en la vida nacional.