Decir Pilar Prieto y Jacinto Muñoz es decir Metalmorfosis, nombre con el que decidieron bautizar a su proyecto mientras trabajaban en el diseño de una mariposa en transformación. Y Metalmorfosis han decidido llamar a la exposición que desde primeros de mes y hasta el próximo día 31 se puede ver en el Centro Regional de Artesanía de Valladolid, organizada por el gremio de artistas de distintas modalidades al que Pilar y Jacinto pertenecen.
Son una treinta de piezas las que conforman la muestra, salidas de su taller de Cardeñadijo donde llevan instalados 21 años y donde trabajan un oficio al que cada vez se dedica menos gente, de ahí también que el Centro de Artesanos de Castilla y León haya querido realizar esta exposición para poner en valor un trabajo que, en el caso de Pilar y Jacinto, siguen haciendo como antiguamente, a golpe de yunque, martillo y fundido en la fragua alimentada por carbón mineral.
Las obras que han acercado hasta la capital vallisoletana son prácticamente todas de mobiliario de interior, cabeceros de cama, mesillas, floreros, algún reloj, mesas, sillas, percheros, espejos, llaveros... Son obras que han realizado por encargo para particulares enamorados del hierro que suelen residir en casas unifamiliares, y en las que aúnan funcionalidad con belleza. Aunque no las han llevado a la exposición, también hacen muchas barandillas, escaleras o verjas para ventanas y balcones.
Esa es la esencia de Metalmorfosis, de ahí que su trabajo sea tan reconocido, apreciado y considerado un arte. Ellos imprimen su propio carácter y echan mano de la naturaleza para decorar sus piezas con elementos que les mueven por dentro. Basta una flor, una hoja, un pájaro o el sol para que el cabecero de una cama o un macetero sea una pieza de museo.
Jacinto apunta que este oficio es «un poco rarito y quienes nos dedicamos a él somos gente que estamos en nuestro mundo». En todo caso, él y Pilar son unos apasionados de este trabajo que les permite convertir el hierro en piezas útiles y a la vez dotarlas de creatividad y darles ese punto artístico. «A nosotros nos gusta mucho la época del modernismo, primeros de siglos XX que fue la época dorada de la forja artística», añade.
Trabajan de encargo y a medida fundamentalmente, aunque explica que también suelen hacer algunas esculturas, unas pedidas por particulares y otras por gusto.
Esta pareja se formó en el arte de la forja lejos de donde hoy hacen sus creaciones. Fue primero Pilar la que se marchó a Inglaterra, allá por el año 1995 después lo hizo Jacinto. Ella cursó la disciplina de diseño de interiores donde descubrió el mundo de la forja, al que arrastró también a Muñoz, y a través de un gremio que enseñaba la técnica artesanal para intentar que no cayera en el olvido, aprendieron un oficio al que contribuyen a mantener vivo. De regreso a Burgos, pasaron cinco años en Santa Olalla del Valle hasta que se asentaron definitivamente en Cardeñadijo donde diseñan y crean sus obras.