Pocos grupos teatrales de aficionados alcanzan los 35 años de pervivencia con el núcleo duro de sus primeros integrantes prácticamente intacto. ¿Cómo lo ha logrado Carro de Thespis? Quien dirige el grupo desde su fundación en 1988, Esther López Sobrado, responde sin tener que pensarlo ni un segundo: «El secreto del tiempo que llevamos juntos es compartir la misma pasión, el teatro, y el profundo respeto que tenemos entre los miembros del grupo, así como lo que el teatro nos regala». Hace pocos días, la Diputación volvía a galardonar su último montaje como el mejor del Certamen Provincial de Teatro y la ilusión con la que recibieron el premio tropecientos se mantuvo intacta. Ese es el otro gran secreto.
«Nunca sabes si tu apuesta va a recibir el aplauso del público. Siempre aparece el nerviosismo en cada representación. Cada día es nuevo y que ganes un certamen es lo más. Da igual que antes haya habido otros 200 premios», resume López Sobrado. Así que cuando La ternura, de Alfredo Sanzol, que estrenaron en 2019 y la pandemia frenó, recibió un nuevo reconocimiento provincial, la alegría volvió a llenar el depósito de energía de Carro de Thespis para unos años más.
Desde que el certamen provincial comenzó a dar sus primeros pasos, al principio solo como una muestra que seleccionaba obras finalistas, Carro de Thespis ya destacaba. Hasta 12 de sus obras han sido finalistas o premiadas, una vez que la muestra pasó a concurso. En 1999, con La zorra ilustrada, de José Ignacio Amestoy, arrasó con premios a la mejor obra, dirección, vestuario, actriz principal o escenografía. En 2004, también Pecata minuta, la desternillante comedia de cuatro monjas que pretenden huir del convento, uno de sus trabajos más laureados, volvió a ser la mejor del certamen con premios «ex aequo para las cuatro protagonistas, Rosa Castillo, Teresa Ruiz, Cristina Vivanco y Esperanza Martín». En 2007, Por delante y por detrás, uno de los montajes más complejos que ha abordado el grupo, con la visión de lo que hay delante del telón y entre bambalinas, volvió a triunfar con premio a la mejor obra, dirección, escenografía y actor principal, Javier Fernández.
Julio Soto y Rosa Castillo interpretando ‘TV or not TV’, estrenada en 2002. - Foto: PatriciaEn 2017, Happy end fue de nuevo la mejor obra de la provincia y ahora La ternura, una comedia de estilo shakespeariano, en la que tres mujeres, una madre y sus hijas, huyen a una isla que creen desierta huyendo de los hombres y allí se encuentran a un padre y sus hijos que hicieron lo mismo veinte años antes con la misma finalidad. Los enredos aseguran las sonrisas en esta obra que el pasado día 10 colgó el cartel de 'No hay entradas' en Medina de Pomar y cuyo mensaje va dirigido a «los padres empeñados equivocadamente en privar a sus hijos del amor para evitarles sufrimientos, cuando hay que dejarles vivir», explica la directora de Carro de Thespis.
Durante estas tres décadas, el grupo comarcal ha cosechado éxito tras éxito también en los certámenes de Reinosa, Haro, Jarandilla de la Vera, Barco de Ávila y Carrión de los Condes. Han estrenado 17 montajes desde 1989, aunque en la última década solo han sacado tres del horno, porque «encontrar un texto que nos apasione cada vez es más difícil», remarca Esther López. El listón ya está tan alto que pocas obras les convencen, aunque ya están preparando un montaje de teatro denuncia que quieren estrenar en primavera. Cuanto ha llovido desde Proceso por la sombra de un burro, de Dürrenmatt, la primera obra con la que Carro de Thespis comenzó a andar y enganchó para siempre a López Sobrado a su tierra, porque «el teatro es mágico».