Los vecinos de la calle Alfonso VIII, a los pies del Monasterio Santa María la Real de Las Huelgas, ya no saben a qué puerta llamar en busca de una solución al lamentable estado en el que se encuentra el pavimento. Las últimas lluvias han hecho añicos el suelo y se han llevado por delante el parcheado que de vez en cuando realiza la Brigada de Obras hasta el punto de generar enormes socavones que ponen en riesgo la circulación de los vehículos, muchos de ellos autobuses urbanos, y también de los peatones.
La decisión del equipo de Gobierno de aparcar el proyecto de remodelación el año pasado ya decepcionó a la Asociación de Vecinos del entorno de Huelgas y el Parral (Avehupa) pero lo ha hecho todavía más cuando han comprobado que en losPresupuestos de 2025 no hay ninguna partida. Consideran que la situación no puede seguir así durante más tiempo por el riesgo que conlleva para vehículos y peatones. «El año pasado la excusa para el parcheo era que no había presupuesto para la reforma integral de la calle y ahora no hay partida tampoco y la situación de la calle es cada vez peor», apuntó Carmen Fernández, portavoz de la asociación vecinal.
Ante este problema exigen que el Ayuntamiento haga un contrato de urgencia para proceder a la reparación de la calle mientras deciden si se acomete o no su reforma. «Queremos que se haga un arreglo ahora, independientemente de la reforma integral», añadió.
Recuerda que son muchas las personas que se han tropezado al caminar por la acera y se han hecho esguinces y los problemas que presentan las aceras para personas con movilidad reducida. También alerta del peligro que supone para los vehículos. «Los vecinos ya sabemos dónde están los baches y circulamos a 10 kilómetros por hora, pero los turistas que no lo sepan pueden llevarse un buen susto. Además es un problema para los conductores de los autobuses urbanos esquivar esos socavones».
Esther Pérez, una vecina del barrio, no tiene reparos en calificar la situación de «vergüenza». «Que lo solucione el que lo tenga que solucionar, pero que lo hagan. Ahora arreglan los baches y a las pocas semanas no queda nada».
La parroquia pidió a los representantes políticos que acudieron a la festividad de San Antón que «no se olviden de esta calle», especialmente por la gente mayor que tiene muchas dificultades para transitar por ella.
Tras estos días de lluvia han sido numerosos los vecinos que se han quejado al Ayuntamiento del estado de esta calle y han enviado fotografías. Al parecer, técnicos municipales se han trasladado estos días a la zona para evaluar su estado y hacer un informe.
Lo cierto es que los parches que se han ido poniendo no han servido para nada y cada vez son más las piedras que se desprenden, algunas de las cuales han impactado en personas o en los propios vehículos. Mientras el proyecto de reforma sigue guardado en un cajón.