El CD Mirandés es uno de los equipos más temidos de la Segunda División por su juego en transición y mucha culpa de ello la tienen Gabri Martínez e Ilyas Chaira. Estos dos extremos cedidos por el Girona se han convertido en dos de los mayores peligros ofensivos rojillos, ya que, aparte de su velocidad, verticalidad y desborde, son capaces de hacer goles y asistir. No es casualidad que entre los dos acumulen ya 10 tantos y 7 asistencias en lo que va de liga. 

Gabri Martínez es un extremo izquierdo realmente habilidoso que venía de jugar en Primera RFEF con el San Fernando. No obstante, antes de llegar a Miranda, ya había disputado algunos partidos con el Girona en Segunda, pero está siendo esta temporada cuando está sacando a relucir todo su potencial. Desde el debut ante el Alcorcón, ya dejó claro que es un jugador diferencial. Provocó un penalti, anotó un gol, mejor dicho un golazo, y dio una asistencia en la victoria por 4-0 ante los madrileños. Desde entonces, ha sido titular en la gran mayoría de los partidos y ha continuado siendo un tormento para los laterales rivales.

A Chaira, por su parte, le costó algo más entrar en los onces titulares de Alessio Lisci. Su primer tanto no llegó hasta la jornada 7 contra el Mirandés, pero para entonces ya se había ganado la confianza del técnico italiano. El extremo derecho hispanomarroquí respondió a ese 'cariño' con más goles, algunos de ellos fundamentales para sumar puntos. Hizo un doblete en la victoria (0-3) ante el Villarreal B, volvió a marcar en el empate (2-2) contra el Levante y este último fin de semana anotó el tanto del triunfo el minuto 89 frente al Real Oviedo (2-1).

A sus 22 años, está disfrutando de sus primeros partidos en el fútbol profesional y lo está haciendo, al igual que Gabri Martínez, con el descaro que se le pide a un extremo. Esa decena de goles que acumulan entre los dos está resultando capital para el Mirandés y de sus siete asistencias se han beneficiado mucho otros dos cedidos: Carlos Martín y Javier Martón. Los dos delanteros están encantados con los balones que les sirven y gran parte del éxito rojillo pasa por ese entendimiento entre las jóvenes promesas por las que apuestan año tras año.