Granja Sagredo reformará una nave y criará 30.000 gallinas más

S.F.L. / Briviesca
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La demolición de las estructuras afectadas comenzó ayer y prevén que en un mes llegarán las aves a Briviesca. Los propietarios han adquirido maquinaria para recoger y clasificar los huevos

Eric Arce Sagredo, hijo de una de las propietarias, pretende tomar las riendas del negocio con otros familiares. En la foto, la nave en la que criarán más gallinas. - Foto: S.F.L.

Los tres hermanos propietarios de la Granja Sagredo no se dan por vencidos tras el incendio que el pasado 26 de marzo arrasó las instalaciones más modernas, y continúan en primera línea del negocio. Los obstáculos a los que se enfrentan desde entonces no les han arrebatado la ilusión y ayer comenzó la demolición de las estructuras afectadas en las naves calcinadas. En una de ellas los trabajos se han adelantado porque «en un mes» aproximadamente criarán otras «30.000 gallinas», declara a este medio Eric Arce, portavoz de la empresa e hijo de una de las dueñas. 

El pabellón deberá quedar en perfectas condiciones para el momento en el que lleguen las aves, ya que el mínimo ruido generado por cualquier pieza que actualmente pende del techo y de las paredes las «alteraría tanto que no pondrían huevos». Durante las siete semanas que han transcurrido desde que parte de la explotación quedara reducida a un montón de cenizas por un fuego que todavía «desconocen como se generó», a los miembros de la familia Sagredo se les han pasado varias ideas por la cabeza con el fin de dar continuidad al negocio.  

La reconstrucción de la nave supondrá una «inversión muy elevada» y la global (un nuevo centro de clasificación y otras naves) de la explotación «millonaria». A falta de disponer de un presupuesto final, Arce, que confirma su interés en «tomar las riendas de la empresa» junto a otros dos familiares (también hijos de los actuales dueños), aclara que solo podrán hacer frente a los gastos «si la administración pública, en la medida de lo posible, nos ayuda, al igual que el seguro». El relevo generacional está «asegurado» si cuentan con apoyo. En caso contrario meditarán qué pasos deben dar porque «no podemos hipotercanos de por vida, nosotros tenemos nuestros trabajos aparte», comenta. Sus progenitores rozan la edad de jubilación y el futuro de la Granja depende de la decisión que tomen.

A la espera de conocer los daños que cubrirá el seguro y de que la Policía Judicial termine las investigaciones que desvelarán las causas que originaron el fuego -han realizado varias inspecciones oculares desde entonces, la última este miércoles-  los empresarios han apostado por mejorar las condiciones de trabajo en el pabellón antiguo en el que clasifican los huevos. Han dejado de realizarlo a mano, al igual que la recogida, y actualmente lo ejecuta automáticamente una «maquinaria de segunda mano». Los transportistas que aglutinan la producción en furgonetas y camiones contarán en las próximas jornadas con un nuevo muelle de carga que facilitará su trabajo. 

Producción y reparto. La pérdida de las 35.000 aves ponedoras que murieron asfixiadas como consecuencia del incendio han generado una «caída de la producción del 70%, y de los 140.000 huevos que se recogían antes del suceso las cifras han descendido hasta los 35.000», comenta Eric Arce. En euros este porcentaje se traduce en «bastante dinero». Aun así, la compañía mantiene la plantilla con el mismo número de empleados. 

La distribución y el reparto sí ha sufrido modificaciones y a día de hoy únicamente alcanza el sector de la hostelería y el comercio más local y de cercanía. Briviesca, Burgos, Aranda, pueblos del norte de la provincia, La Rioja o el País Vasco son los lugares en los que Sagredo vende sus huevos. «Apostamos por conservar los pequeños clientes ante los grandes almacenes», argumenta el portavoz, que recuerda que «el mercado nunca se quedó sin nuestro producto».