El 4 de julio está marcado en rojo en el calendario de los ciudadanos de los Estados Unidos de América, ya que en 1776 se firmó la Declaración de Independencia... y en el de los vecinos de Frandovínez. Tanto los unos como los otros celebraron ayer una jornada festiva, aunque por razones completamente diferentes. Los habitantes de este municipio burgalés, a escasos 15 kilómetros de la capital, vivieron una fecha histórica para conmemorar el 200 aniversario del final de las obras de rehabilitación de su iglesia.
Dedicada a San Miguel Arcángel, el templo culminó su reforma el 4 de julio de 1824 tras los estragos que causó la salvaje invasión de las tropas francesas a principios de siglo XIX. Doscientos años después, casi un centenar de vecinos y allegados a la localidad celebraron en el interior del templo un emotivo acto que contó con la presencia de buena parte de los párrocos vivos que han pasado por él. Al frente de ellos estuvo Francisco Pérez González, arzobispo emérito de Pamplona y Tudela y nacido en Frandovínez. «Es un orgullo poder estar en este aniversario hoy con todos vosotros», admitió Pérez González, que también ocupó el cargo de obispo de Osma-Soria.
La iglesia de San Miguel Arcángel, originariamente gótica, es hoy en día una mezcla de numerosos estilos. «No sabría definirla. Es rara, un espacio interesante, muy moderno para la época pero rara», apuntó Jacinto Puente, alcalde de Frandovínez. El primer vestigio que se tiene del municipio es en el 963, mientras que en 1554 se produce la desvinculación del pueblo del Monasterio de Las Huelgas. En 1581 se ejecutó una obra de calado en la torre. Años después, en 1712, se realizaron trabajos para cambiar el suelo de tierra que venía acompañando a los feligreses por otro de piedras. De esta época datan algunos enterramientos de los que hay constancia en el interior del templo.
Antes de la misa se rememoraron los hitos más importantes que ha vivido el templo durante su historia. - Foto: Alberto RodrigoEn los primeros compases del siglo XIX, coincidiendo con la invasión francesa a España (1808), la iglesia de San Miguel Arcángel fue pasto -como otras muchas a lo largo y ancho de la provincia- del saqueo indiscriminado de las tropas galas. Seis años después se logró expulsar al ejército de Napoleón Bonaparte, iniciando la reconstrucción del inmueble, que culminó tal día como ayer de hace 200 años. «Los actos de celebración los ha preparado exclusivamente la parroquia», precisó Puente, que destacó el hito que supone poder vivir una jornada como la de ayer (...).
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