«Nunca me atreví a soñar con llegar hasta donde he llegado»

R. PÉREZ BARREDO / Madrid
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La periodista burgalesa Rocío Martínez se ha convertido en la primera mujer que dirige un programa radiofónico deportivo en la franja horaria de la medianoche

Rocío Martínez, en el estudio de RadioEstadio Noche de Onda Cero el pasado jueves. - Foto: Patricia González

No es una exageración: la periodista Rocío Martínez vive entre redacciones y platós inmensos por los que se mueve con naturalidad, como si estuviera en su casa, siempre con una luminosa sonrisa en el rostro y con su condición de burgalesa por bandera. Tiene 'aburridos' a sus compañeros con el amor que siente por su tierra y cuanto ésta atesora: de todos los equipos deportivos -de los que es hincha hasta la médula- a la morcilla, pasando por la Catedral, Atapuerca y el largo etcétera de maravillas que encierra el suelo bendito. Es pura pasión Rocío, que se ha convertido en la primera mujer en presentar un espacio deportivo nocturno.Sí: en esa franja horaria que fue primero el ardiente territorio de José María García y después el campo de batalla en el que 'Butano' tuvo que fajarse con José Ramón de la Morena, porque desde hace décadas nada se ha codiciado más que liderar las ondas de la medianoche, que es uno de los tramos radiofónicos más escuchados de la radio española.

Esta periodista burgalesa lidera desde hace unas semanas, junto a su compañero Edu Pidal, Radioestadio Noche en Onda Cero, responsabilidad que ha añadido a la que llevaba varios años desempeñando como presentadora de los deportes en el informativo nocturno de Antena 3, y como tertuliana del Chiringuito, y de Espejo Público y... «Me ha cambiado mucho la vida, la verdad», admite. Pero esa confesión no es un lamento, sino todo lo contrario: «Me ha cambiado la vida pero creo que para bien, porque me gusta mucho lo que hago. Que me hayan ofrecido una responsabilidad tan grande como es copresentar un programa de radio de dos horas y convertirme en la primera mujer en la historia de la radio deportiva española que coge esa franja es un privilegio. Estoy feliz».

Pasión, entusiasmo y pura vitalidad.Eso es Rocío Martínez, que creció amando el deporte y la comunicación. Alumna del Sagrado Corazón y de Maristas, se recuerda escuchando por las noches a De la Morena y leyendo libros que nacieron al exitoso calor del programa de autor que se inventó el periodista de Brunete, aquel El Larguero, que llegó a arrebatarle el cetro nocturno a Supergarcía. «La verdad es que sí que he pensado muchas veces que yo ahora ocupo el mismo espacio en el que antes estuvieron aquellos dos grandes. Creo que nunca me atreví a soñar con algo así. Sí que soñé de pequeña con ser periodista deportiva, con dedicarme a contar el deporte. Pero no llegar hasta donde he llegado, la verdad». Asegura que no sintió vértigo cuando le hicieron la propuesta. «Sólo respondí 'sí' y 'gracias'.Luego, cuando lo analicé más tranquila, fui más consciente de lo que se me venía encima. Pero, a día de hoy, casi dos meses después, creo que ninguno de los jefes que tomaron la decisión se ha llevado las manos a la cabeza», apostilla riendo.

Sus sensaciones, a la espera del Estudio General de Medios (EGM), son buenas. «Tengo un termómetro: si yo me lo paso bien en el programa.Y me lo paso bien casi todos los días, por lo que el balance en ese sentido es bueno. Aún no sabemos si lo que estamos haciendo le está gustando o conquistando a la gente.Sí que es verdad que he pasado a tener una responsabilidad que no había tenido nunca.Estoy liderando a un equipo de gente con aspectos que antes no había tenido que desarrollar. Intento hacer algo que a mí, que he sido oyente de radio, me guste. Creo mucho en el poder de las historias. Y en esta semana de Copa del Rey, por ejemplo, hemos contado muchas apasionantes». Es humilde Rocío cuando reflexiona sobre el hecho de destacar en un mundo, el del periodismo deportivo, eminentemente masculino durante décadas. «Lo hemos tenido más fácil que las futbolistas, por ejemplo. He convivido con muchas periodistas mujeres, y antes de mi generación hubo otras, como Mari Carmen Izquierdo».En este sentido, no se atreve a calificarse a sí misma como pionera. «Pionera no, pero quizás sí haya abierto un camino en la radio. La presencia de la mujer en el periodismo deportivo está bastante normalizado, pero quizás donde menos se da es en la radio. Sí que pienso a menudo que tengo que hacerlo bien por mí y por todas las mujeres. Sí me gustaría que, aunque haya sido la primera, no ser la última.En ese sentido, sí que siento cierta responsabilidad.Siento que no tengo que demostrar nada porque llevo más de veinte años en esta profesión, pero es cierto que durante años se nos ha mirado con sospecha, como diciendo: ¿esta chica sabe de deportes? ¿le gusta el fútbol? ¿sabe de lo que habla? Es, por fortuna, cada vez pasa menos. No me siento diferente a mis compañeros. Soy periodista. Y soy mujer, sí. Y soy de Burgos... Tengo muchos elementos que me identifican como persona, pero siento que hago el mismo trabajo que mis compañeros. No tengo nada que demostrar pero sí mucho que aprender en este medio.Y eso me gusta mucho», subraya.

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