Miranda de Ebro presume de una economía próspera, afianzada en un pujante sector industrial, pero también comercial. La crisis, sin embargo, no ha pasado de largo, sino que al igual que en otras ciudades ha provocado el cierre de tiendas, bares y comercios sin distinción de a qué se dedicaban. Unos lo han hecho por falta de rentabilidad, ahogados por los altos precios de los alquileres, y este último año por el incremento de la luz, y otros por jubilación y falta de relevo.
Pero como dice el refrán, cuando una puerta se cierra, se abre una ventana. Y así, junto a verjas echadas, se ve de nuevo movimiento en locales que se han reabierto siguiendo con la misma actividad o con otra nueva, manteniendo así la esperanza de seguir creando riqueza en el sector, apunta Fernando Zatón, presidente de la Asociación Comarcal de Empresarios del Comercio y Afines (Acecaa), que afirma que el comercio mirandés goza de buena salud, aunque también incide en que depende del tipo de negocio de cada uno, pero en general, le define como «potente» y con tiendas competitivas.
Además, Zatón destaca otra característica del comercio mirandés, que es representativo de todos los sectores, de tal manera que los residentes en la ciudad tienen de todo, sin necesidad de moverse de 'casa'. En todo caso, se lamenta de que no sea así, y de que muchos vecinos se trasladan a comprar, sobretodo a Vitoria, que está a apenas 30 minutos. Para Zatón, ese es uno de sus inconvenientes, la competencia con Vitoria, sin obviar las nuevas fórmulas de venta por internet. Pero al mismo tiempo, cree que precisamente esa competencia con la capital vasca, con Logroño o Bilbao, ha tenido un efecto positivo y los comerciantes mirandeses son más creativos y arriesgados por la influencia de esas ciudades.
Cristina Herrero | L&M: «La Navidad pasada fue buena, pero el resto de meses, flojos». - Foto: Alberto RodrigoEl presidente de Acecaa se muestra satisfecho de que nuevos emprendedores den vida a comercios cerrados o se instalen nuevos, aunque también critica que «muchos se abren sin ton ni son», dice, cuando lo que se debería hacer al emprender es realizar un estudio de mercado para conocer qué sectores están ya cubiertos y en cuales Miranda es deficitaria, y apostar por estos. En la entidad están asociados unos 80 comerciantes.
Carolina Cuesta | Modas KE!
«He optado por la moda infantil sin renunciar a vestir a la mujer»
Carolina Cuesta es una valiente, como tantos otros jóvenes, o no tan jóvenes, que se han lanzado a la aventura de montar un negocio cuando se ven tantos locales por toda la ciudad con los carteles de 'se alquila' o 'se vende', dejando bien a las claras que no son buenos momentos para emprender y más aún en negocios que ya tienen un mercado, con lo que la competencia es dura.
Fernando Zatón, presidente de la asociación de comerciantes de Miranda, en su tienda de ropa Truko. - Foto: Alberto RodrigoNo obstante, esta joven de 32 años, casada y con un hijo, está contenta con su decisión. Lleva ya dos meses con el negocio y las ilusiones las mantiene intactas. El local ya existía, de hecho Elvira, que así se llamaba la tienda de ropa femenina, era un clásico de Miranda de Ebro. Su dueña tiene varias tiendas en la ciudad, aunque esta decidió cerrarla. Carolina vio que podía dar a su vida laboral un giro y se lanzó, haciendo un lavado de cara al local, sobre todo en cuanto a pintura, porque las estanterías y mostrador se mantienen como estaban.
La joven no estaba desempleada, reconoce; es más, trabajaba en el Ayuntamiento de la ciudad, pero con contratos de seis meses, luego al paro y a esperar que la volviesen a llamar. Esa situación de inestabilidad no le gustaba en absoluto. «Así no me apetecía estar, seis meses trabajando y dos en casa, por lo que lo pensé y decidí montar mi propio negocio». Además, ya tenía experiencia en el sector comercial porque ha trabajado en cadenas como Woman Secret, Springfield y Stradivarius.
Valoró posibilidades y decidió dedicar el comercio a moda infantil, un sector que, dice, no cuenta con muchas tiendas en Miranda. Así nació Modas Ke!, con admiración, como para llamar la atención de los clientes y que nadie que pasee por la zona pase de largo. Y aunque Carolina se ha especializado en ropa para los pequeños, no ha querido ponerse barreras y ha introducido también una sección femenina, con vestidos de fiesta, y algo de lencería.
Lidia Abal | Lidia Bakes: «Después de 10 años en Londres, he decidido elaborar mis tartas». - Foto: Alberto RodrigoLa tienda está en la calle San Agustín, en el entorno más comercial de Miranda de Ebro, una buena ubicación que también contribuyó a que tomara la decisión de alquilar el local y reabrirlo.
Antonio Ruiz y Begoña Calderón | Bar Kelian
«Mi madre regentó varios bares en Bilbao y me atraía probar»
Ni Antonio ni su mujer, Begoña, son ya unos chavales, pero a sus más de 50 años se han puesto detrás de la barra. No llevan mucho tirando cervezas, ya que apenas hace diez días -el pasado día 7, en pleno puente-, que inauguraron su bar al que han llamado Kelian, como su nieto, un bonito detalle con el benjamín de la familia.
Antonio Ruiz y Begoña Calderón | Bar Kelian: «Mi madre regentó varios bares en Bilbao y me atraía probar». - Foto: Alberto RodrigoAntonio tiene su propio trabajo, así que será Begoña quien dedique más horas al bar, junto a Xiomara, una camarera con muchos años de experiencia en el sector, a la que han contratado. Pero eso no significa que él se desentienda del negocio; todo lo contrario, ya que para el dueño del Kelian regentar un bar no es nuevo porque desciende de una familia que se ha dedicado a la hostelería siempre, sobre todo su madre que ha tenido varios establecimientos en Bilbao, donde él y Begoña vivieron muchos años, aunque ya hace 18 que residen en Miranda.
Para Antonio y Begoña era importante elegir bien la zona; en ese sentido, cree que la calle Concepción Arenal es un buen lugar, céntrico y junto a las arterias más comerciales de la ciudad, pero en la que hay escasez de bares, pese a que la hostelería tiene mucha pujanza en Miranda. De hecho, a escasos metros del Kelian se ha abierto también recientemente otro bar, por lo que Antonio cree que la calle cogerá nuevo impulso y que eso será bueno para crear un ambiente de cañas y tapeo.
El local, en el que han invertido dinero y tiempo en reformar, pintar y decorar con murales en las paredes, era antes un establecimiento dedicado a la venta de pollos asados, que sus dueños acabaron cerrando. Ahora da un nuevo giro y los hosteleros piensan sacarle el máximo partido, especializándose en pinchos. No descartan más adelante atender pedidos de encargo, como pollos asados, y probar a preparar comida ecuatoriana, porque en la ciudad hay una buena colonia de vecinos procedentes de ese país y estaría bien poder tener una oferta gastronómica para ellos, dice Antonio, que de hecho tiene un buen puñado de amigos de esa nacionalidad que le han animado a preparar los platos típicos de su país.
Carolina Cuesta | Modas KE!: «He optado por la moda infantil sin renunciar a vestir a la mujer». - Foto: Alberto RodrigoLidia Abal | Lidia bakes
«Después de 10 años en Londres, he decidido elaborar mis tartas»
Lidia Abal deja atrás una vida intensa en Londres, donde ha vivido 10 años en los que no solo ha aprendido inglés, sino que también se introdujo en el mundo de la repostería. De regreso a su ciudad hace dos años, tocaba empezar de nuevo y tras un tiempo trabajando en los supermercados Leclerc, decidió que había llegado el momento de dar un paso al frente y montar su propio negocio, una tienda de elaboración y venta de repostería, similar a la que había trabajado en la capital londinense.
Así nació Lidia Bakes, un coqueto espacio que huele que alimenta y en el que también destaca su 'suave decoración' donde priman los colores rosas y pastel que propician un ambiente ideal para sentarse a degustar cualquiera de las creaciones que elabora Lidia, quien cuenta con la ayuda de su amiga María Jesús, que suele estar en barra. Antes de la tienda física, Lidia explica que se puso a hacer tartas y bollería y vendía por internet, con una clientela que iba creciendo día a día, lo que le animó aún más a buscar un local en alquiler y establecerse.
Lidia es, además, diseñadora de moda, aunque ahora ha aparcado esa faceta;lo que no deja atrás porque es inherente a su personalidad es la creatividad, que también queda patente en sus tartas, las distintas clases de bollería o sus kat cookies, que elabora en el establecimiento, donde también hace pan. Además, está especializada en cafés, infusiones y chocolates.
Lidia Bakes apenas lleva abierta unos meses, concretamente desde el 28 de septiembre, pero esta pastelera está encantada con la respuesta de los mirandeses. Ubicada junto a uno de los parques más grandes de Miranda y al lado de un colegio, Lidia cree que ha acertado con el lugar, porque transitan y pasean muchas familias con sus hijos, sobre todo por las tardes.
La tienda tiene dos plantas, la de entrada de venta y para sentarse a tomar algo tranquilamente, y la primera preparada -hasta con photocall- para celebraciones, fundamentalmente cumpleaños, un 'mercado' que no suele fallar, por lo que de momento, Lidia está muy satisfecha con su tienda.
Cristina Herrero | L&M
«La Navidad pasada fue buena, pero el resto de meses, flojos»
No es nueva en el sector, de hecho Cristina Herrero llevaba muchos años regentando una tienda en franquicia. El peso de ese sistema y el alto precio que pagaba por el alquiler, 2.000 euros, se le estaba haciendo ya muy cuesta arriba. Ahora, desde hace unos meses tiene su tienda propia de moda y complementos, ubicada en la zona más comercial de Miranda a la que ha bautizado con el nombre de L&M.
Con su propio negocio sin tener que depender de nadie, afronta una nueva etapa de su vida, aunque asegura que el cambio no es tan radical como si empezara de nuevo. Ella, pese al cambio de ubicación sigue vendiendo lo mismo, ropa de mujer y complementos, y muchas de las clientas que tenía siguen entrando en su establecimiento. «El comercio no solo es lo que vendas, que es para lo que estamos claro, sino que es muy importante la gente, porque los clientes muchas veces van a una u otra tienda en función de la persona que la lleva; este sector se mueve mucho así y esa confianza que se genera, el conocer a las clientas y saber sus gustos es muy importante», apunta Cristina, quien hace hincapié en que no es lo mismo haber trabajado ya en tu tienda que iniciar un negocio desde cero. Ella, además, ha mamado el comercio desde pequeña porque su madre -con ella en la foto- ha trabajado muchos años en tiendas de este sector.
En cuanto al comercio de la ciudad, Cristina Herrero es menos optimista que el presidente de la asociación de comerciantes de Miranda. Ella lo ve «mal» y calcula que del año pasado a este habrá habido, al menos en su caso, un 40 por ciento menos de ventas. Asegura que tras pasar la covid, a primeros de año mejoraron mucho las ventas, pero que ya en febrero comenzó a bajar el consumo y «no se ha recuperado desde entonces». En este sentido, como todos sus compañeros del sector, tiene puestas las esperanzas de nuevo en Navidad, aunque también con reservas porque, apunta, está habiendo de momento poco movimiento, «y la gente está pasando con lo que ya se compró el año pasado», dice, aunque sin perder la esperanza de remontar durante estas fechas.