Hace menos de un año, Xabi Alonso asumía el liderazgo desde el banquillo de un histórico de la Bundesliga en apuros como el Bayer Leverkusen. Gerardo Seoane, técnico al que sustituyó, dejó al equipo en puestos de descenso, pero el donostiarra fue capaz de cambiar la tendencia, el juego y la filosofía para llevar al club de las 'aspirinas' a Europa y tenerlo, tras tres jornadas de la temporada 23/24, líder del campeonato empatado a puntos con el 'todopoderoso' Bayern de Múnich.

El reto era mayúsculo para un entrenador que tan solo había acumulado experiencia en la 'élite' en el filial de la Real Sociedad, pero el recuerdo que dejó el español como jugador en la competición germana como la extensión de Pep Guardiola en el campo en su etapa en elAllianz Arena pesó suficiente a la hora de contratarle.

En su primer verano al cargo, Alonso ha llevado a cabo un mercado impoluto, que encaja perfectamente con la filosofía de juego que ha imprimido en el BayArena. Ingresó 55 millones de euros por un gran jugador como Moussa Diaby, que no encajaba en los planes del preparador vasco, y ese montante lo invirtió en futbolistas con experiencia como Granit Xhaka (15 millones), Jonas Hofmann (10) o Alejandro Grimaldo (libre). Además, agregó talento joven a la plantilla con Victor Boniface (20 millones), que llegó para ser titular y está cumpliendo con goles.

Después de un período estival en el que tan solo se acumularon aciertos, los resultados no han tardado en llegar. En los cuatro encuentros oficiales que ha disputado esta campaña (tres de Bundesliga y otro de Copa), el Bayer Leverkusen ha anotado 19 dianas y tan solo ha concedido tres. En el torneo de la regularidad, venció en casa a un equipo Champions como el Leipzig (3-2) y a un recién ascendido como el Darmstadt (5-1) y goleó a domicilio a un Borussia Mönchengladbach (0-3) dirigido ahora por Seoane.

Lejos de darle prioridad a los resultados en su llegada, cuando cogió las riendas de un club deprimido deportivamente, Alonso primó el encontrar un estilo de juego que conoce a la perfección, algo para lo que le ayudó el parón por elMundial de Qatar. Ahora, en la 23/24, el fútbol de su conjunto es reconocible al 100 por 100.

Su esquema de juego es complicado de definir en una sola combinación, ya que este se caracteriza sobre todo por su liquidez según la fase del partido en la que se encuentre el Bayer. Si el cuadro alemán está atacando, lo más normal es observar una disposición en 3-2-5 que recuerda a épocas arcaicas de este deporte, pero que Guardiola, con su camaleónico City, recogió para la actualidad.

El pupilo del catalán ordena la adopción de esos dibujos con laterales polifuncionales como Grimaldo y Jeremie Frimpong, que tan pronto pueden actuar por dentro (sobre todo el español) como cumplir la función de un extremo (el neerlandés).

Arriba todo funciona gracias a un delantero como Boniface, con un perfil de juego tendente a los apoyos y que está viendo puerta con facilidad, y por la labor de una doble mediapunta conformada por Hofmann y Florian Wirtz, la gran 'perla' que el conjunto de la 'aspirina' está logrando retener en sus filas hasta el momento.

Atrás se parapetan tres centrales con una buena relación con el balón y que más adelante se topan con un Xhaka que es la extensión de Alonso sobre el terreno de juego. Después de rozar la Premier 22/23 con el Arsenal, el suizo llegó para ponerle la guinda competitiva a un club que vuelve a soñar en grande.