Poco antes de sumarse a las aguas del Arlanza en Quintanar de la Sierra el río Zumel presenta estos días un aspecto negro y sucio, que delata, según su alcaldesa, Montserrat Ibáñez, que ha sido objeto de un nuevo vertido de purines procedente de una granja porcina cercana. Esta situación supone una constante en el municipio, relata la regidora, que harta de dar aviso para que se denuncie al infractor y que las sanciones nunca le acaben de llegar por parte de Medio Ambiente, ha denunciado a la Junta de Castilla y León ante el Juzgado de Salas de los Infantes. «Que determine la justicia quien debe sancionar, nosotros tenemos claro a quien corresponde. El Ayuntamiento no tiene competencias para poder hacerlo», reseña Ibáñez.
El de los vertidos de purines por parte de este ganadero en montes de utilidad pública es uno de los problemas al que se enfrente desde hace tiempo el ayuntamiento de la localidad. De hecho, en dos años, ha denunciado en más de 20 veces al propietario de la granja. Otro de los caballos de batalla del consistorio es esa finalización de la tramitación de esas denuncias. La alcaldesa tacha de «dejadez» el papel de la Junta de Castilla y León, ya que las sanciones no llegan a imponerse a quien0 considera que realiza una práctica prohibida.
La regidora mantiene que corresponde a Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León vigilar estos vertidos. «Así lo recoge la Ley de Montes», matiza Ibáñez, quien añade que hay una resolución expresa firmada por el jefe del Servicio Territorial de Burgos, Javier María, en la que se recoge la prohibición de realizar vertidos en cualquier zona de Quintanar de la Sierra. «Los agentes medioambientales formalizan las denuncias cada vez que les avisamos, pero se deben de quedar paradas sobre alguna mesa porque no acaban su recorrido», afirma.
La alcaldesa muestra un documento en el que la Guardia Civil le ha denunciado por hacer vertidos en diferentes días a lo largo del mes de septiembre en espacios no permitidos. «El ganadero muestra el libro de deyecciones y el número de las parcelas en las que las ha hecho. La Guardia Civil detalla en el acta que nos proporcionó que no son lugares aptos. Solo podría hacerlo en parcelas agrícolas y en Quintanar no tenemos ninguna, todo es monte de utilidad pública», explica Ibáñez.
Explosiones de metano. La alcaldesa también alerta de una práctica que se está convirtiendo en habitual por parte del propietario de las granjas para eliminar estos residuos. «Hace balsas, y como estos residuos tienen un alto contenido de metano, las prende fuego. Ha habido días que a las 7 de la mañana se ha escuchado una gran explosión», explica Ibáñez, preocupada por la cercanía de una empresa que comercializa gas butano y el peligro que esta práctica supone para toda la población.
Por otro lado, el consistorio también ha denunciado al propietario de estas dos granjas, ubicadas en la carretera que conduce a Canicosa desde Quintanar, por irregularidades urbanísticas «No tiene permisos para construir allí la granja y además, sigue haciendo ampliaciones», añade. Según Ibáñez, carece de licencias y autorizaciones ambientales en ambas explotaciones «que también son competencia de la Junta de Castilla y León».