Hace algo más de un año, la ingeniería vasca Sener presentó ante el Ayuntamiento y la Junta un proyecto de generación y distribución de hidrógeno a las principales compañías de la capital. Apenas dos meses después ya tenía alquilada una parcela en el polígono de Villalonquéjar, al pie de la calle López Bravo y junto al antiguo recinto de Cirtubo.
Tras el verano trascendió que Argentina Corporación América, un enorme conglomerado de compañías petrolíferas, gasísticas y de infraestructuras, sería el principal socio de Sener. El proyecto se fue ya a los 150 millones de euros. Actualmente está a la espera de la aprobación por parte de la administración regional de la pertinente Declaración de Impacto Ambiental, documento imprescindible para poder arrancar su construcción a lo largo de este 2024.
Fuentes de la ingeniería vasca consultadas por este periódico confían en que la comunicación por parte de la Junta llegue a lo largo del mes que viene. Los detalles se presentaron a finales del año pasado, y una vez superada la fase de exposición pública, están pendientes del visto bueno final por parte de los técnicos regionales.
Las instalaciones que ha proyectado Sener en Burgos darán empleo en una fase inicial a 27 personas. El grueso, alrededor de una decena, serán puestos de operador de campo, mientras que se proyectan 5 jefes de turno y otros tantos operadores de la sala de control. Además, se contratará un jefe de operaciones, un ingeniero de procesos, un jefe de mantenimiento, un supervisor mecánico, otro eléctrico, un técnico mecánico y otro eléctrico.
El hidrógeno que no se empleen como combustible en la propia instalación se enviará a una hidrolinera. Estas estaciones de servicio, al estilo de las gasolineras, abastecerán en el futuro a través de gas a presión a camiones movidos por pila de combustible. Esta inversión se ejecutará, tal y como contempla el proyecto presentado por Sener a la Junta de Castilla y León, en la fase 1 del complejo. Durante esta se generará 50 toneladas al día de hidrógeno verde, mientras que en la fase 2 se ampliarán otras 100 para sumar en total 150 diarias. Estas se producirán mediante un proceso de electrolisis, con una capacidad de 20 MW en un primer momento y de 40 posteriormente. En total la instalación estará operativa unas 8.000 horas de las 8.760 que tiene el año.
En búsqueda de ubicaciones. La capacidad máxima de producción de la planta vendrá determinada por la potencia máxima de energía verde disponible, ya que el proceso limitante será la producción de hidrógeno. Se prevé la conexión a una red eléctrica renovable conectada al sistema interno de distribución eléctrica de la planta, con una conexión externa con la red de distribución local de hasta 45 kV.
Este proyecto, principalmente fotovoltaico, se encuentra actualmente en desarrollo -buscando posibles ubicaciones- y su tramitación se realizará, tal y como precisan desde la ingeniería, «en los próximos meses».
Con la planta de autoconsumo conectada a la de electrólisis, podrán existir determinados escenarios de operación en los que haya excedente de producción solar: en estos casos se verterá la energía sobrante a la red siempre que la conexión a red lo permita. De no poderse, la instalación de autoconsumo quedará limitada para no mandar excedentes a red. La entrada en servicio del proyecto de Sener supondrá un antes y un después para toda la industria burgalesa.