El mayor huerto solar de la provincia comienza a coger forma. La empresa Solaria Energía y Medio Ambiente ha iniciado las obras de construcción de una de las cuatro plantas que constituirán el megaparque tras contar con todos los permisos necesarios para ello. Por el momento han hincado los postes que sujetarán las estructuras de las placas solares en Llano de Bureba, Hermosilla y Los Barrios, que hasta el mes de septiembre no colocarán. A su vez, las dos primeras torres de medición eólica con las que pretenden concretar el potencial de la zona se alzan en Quintanilla San García.
La compañía eligió la comarca burebana para desarrollar uno de sus proyectos más ambiciosos en la región y producir en torno a 968.000 MWh de energía al año, la cantidad suficiente como para abastecer a 300.000 hogares desde las instalaciones Alpha, Beta, Gamma y Delta. Estas «generarán un ingreso de 650 millones de euros en total para las administraciones públicas» durante las tres décadas de vida útil que prevén que tendrá cada una de ellas. Asimismo, los coordinadores de Relaciones Institucionales de la compañía en Castilla y León, Salvador Cruz y Raúl Martín, recordaron al subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro Luis de la Fuente, que para la puesta en marcha se «crearán unos 2.400 puestos de trabajo mientras dure la construcción del parque» y «priorizará el empleo local y el indirecto».
Las instalaciones de la finca El Moscadero -ubicada en Llano- se han «aprovechado y adaptado como oficinas de obra, en vez de poner casetas prefabricadas», declaran fuentes de la compañía. Por el momento desconocen el tiempo que se alargará la edificación del parque solar, y por lo tanto la fecha de su puesta en marcha.
Por otro lado, la empresa española de desarrollo fotovoltaico anunció en 2023 su intención de hibridar sus instalaciones con tecnología eólica. Durante la semana pasada y principios de esta se ha llevado a cabo la colocación de las dos primeras torres de 99 metros de altura en Quintanilla San García para iniciar la campaña de medición del viento. Estas permitirán concretar el potencial eólico de la zona con el fin de «elegir el modelo de aerogenerador más eficiente». A su vez captarán la información del recurso como una de las tareas preconstructivas necesarias, y comprobarán el comportamiento eólico en las diferentes estaciones del año para obtener la información más precisa y optimizar el diseño final de los proyectos.