Calvià ha acogido este sábado el acto en recuerdo a los guardias civiles Diego Salvá Lezaun y Carlos Sáenz de Tejada, asesinados por la banda terrorista ETA en 2009, donde el alcalde de la localidad ha reivindicado el valor de "la palabra y la razón" frente "al terror y la barbarie".
Según ha informado el Ayuntamiento de Calvià este sábado en una nota de prensa, esta jornada ha tenido lugar, en Palmanova, el acto en memoria de los guardias civiles Diego Salvá Lezaun y Carlos Sáenz de Tejada, coincidiendo con el 13 aniversario de su asesinato por la banda terrorista ETA en Calvià.
Durante el acto, el alcalde de Calvià, Alfonso Rodríguez Badal, ha dedicado unas palabras en las que ha recordado los dos jóvenes guardias civiles con afecto, tristeza, dolor y esperanza.
"En un día como el de hoy, es preciso recordar para no olvidar, pero también para reivindicar y defender una sociedad donde las ideas jamás pretendan imponerse desde la fuerza o el terror, un país que ha de seguir entendiendo que son la palabra, la razón, el acuerdo, la ley y la concordia las que marquen el sendero a transitar sin que nada ni nadie logre cambiarlo", ha expresado Rodríguez, al tiempo que ha asegurado que "sigue en pie el compromiso del Estado de Derecho para que se haga justicia".
Al acto, también han asistido los padres, familiares y amistades de Diego Salvá; la delegada del Gobierno, Aina Calvo; el presidente del Parlament, Vicenç Thomàs; la consellera de Presidencia, Función Pública e Igualdad, Mercedes Garrido; el conseller insular de Presidencia, Javier de Juan; el coronel en jefe de la Guardia Civil en Baleares, Alejandro Hernández, la Corporación municipal y otras autoridades civiles y militares, así como público asistente.
Después de las palabras del alcalde, el acto ha seguido con un tributo. A continuación se ha llevado a cabo la ofrenda floral institucional que han hecho el alcalde y la delegada del Gobierno, que han entregado la corona a los padres de Diego Salvá.
Triste aniversario. Este sábado se cumple el 13 aniversario de este atentado, que fue perpetrado a través de una bomba lapa situada en los bajos de un coche patrulla. Fue el último de ETA con víctimas mortales en España y todavía hoy se desconoce el nombre de los autores. El atentado tuvo lugar el 30 de julio de 2009, a las 13.50 horas, frente al cuartel de Palmanova, en Calvià.
Los dos agentes de la Benemérita cogieron el coche, un Nissan Patrol, para llevarlo a un garaje donde le iban a practicar una revisión de mantenimiento. Minutos antes lo había dejado un brigada aparcado en el sitio.
Desde Delegación del Gobierno en Baleares trabajaron en todo momento con la hipótesis de que los terroristas activaron con un mando a distancia la bomba lapa ya que si hubiese sido activada con un dispositivo de movimiento --práctica habitual de ETA--, habría sido explosionado en el momento de ser arrancado el vehículo.
Como consecuencia, se puso en marcha la denominada operación Jaula, por la que se ordenó el cierre del aeropuerto de Palma a las 15.00 horas de ese día y de los puertos de las islas a las 17.00 horas con el objetivo de evitar la salida de los terroristas y acorralarlos. Sin embargo, no fueron detenidos.
En otro vehículo, un perro de la Guardia Civil halló otra bomba lapa que estaba cogida con bridas a los bajos de otro coche de la Guardia Civil. Ésta, en cambio, fue detonada por los artificieros del Gedex de forma controlada.
En este hallazgo se descubrió que el artilugio tenía un temporizador preparado para activarse al día siguiente, con lo que se desvaneció la hipótesis de que los terroristas hubieran accionado la bomba con un mando a distancia. Seguramente, cuando explotó la bomba que mató a estos beneméritas naturales de Burgos, los autores del atentado ya habían abandonado Mallorca.
Antes de este atentado, ETA también había asesinado en Burgos. Sólo 24 horas antes hizo explosionar una furgoneta bomba frente a una casa cuartel de la Guardia Civil. Afortunadamente, no hubo víctimas mortales.