De remanso de paz a epicentro del robo

L.M. / Burgos
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En tres días Villazopeque ha sufrido el hurto de decenas de metros de cable de luz y el del coche de un vecino que terminó en el río

Así terminó el martes el todoterreno del vecino de Villazopeque, en mitad del Arlanzón y con cuantiosos daños materiales. - Foto: DB

Burgos no es una provincia con una elevada tasa de criminalidad. Las estadísticas que publica de forma habitual el Ministerio de Interior no destacan al territorio castellano como un enclave que sufra muchos robos en comparación con los de su entorno. Sin embargo, y he aquí el curioso caso que azota esta semana al tranquilo municipio de Villazopeque, en ocasiones las desgracias se concentran.

Hasta dos hurtos han vivido prácticamente seguidos en esta localidad de la comarca Odra-Pisuerga, a escasos 35 kilómetros de la capital. El último se desencadenó el lunes y terminó el martes con el todoterreno de un vecino sumergido en pleno Arlanzón. Horas antes, el propietario se había bajado del vehículo sin apagarlo. A los pocos segundos, cuando salió de su casa, no quedaba rastro del mismo. Solo pudo atisbar cómo otro coche, a lo lejos, huía a toda velocidad.

Tras horas de intensa búsqueda, su monovolumen apareció en mitad del río completamente volcado y con cuantiosos daños materiales. Gracias a la colaboración ciudadana se pudo remolcar hasta la orilla y trasladarlo a un almacén, donde evaluarán los desperfectos que ha sufrido. La Guardia Civil investiga el suceso.

El primer hurto ocurrió hace ahora ya cuatro días y va a conllevar que un Ayuntamiento como el de Villazopeque tenga que rascarse considerablemente el bolsillo. La Benemérita ya indaga cómo se produjo el robo de decenas de metros del cable de tierra de la instalación de alumbrado público de un paseo a las afueras de la localidad en dirección Pampliega. Los ladrones actuaron por la noche y aprovecharon que las alcantarillas no estaban soldadas para cometer el delito. 

Aunque las primeras impresiones no han determinado el coste exacto que tendrá para las arcas del Consistorio el incidente, el alcalde Borja Tardajos estima que rondará los 3.000 euros. Es más, calcula que el precio en el mercado del cobre que contenía ese cable a tierra podría quedarse en apenas 150 o 200 euros.

«Son gente casi profesional que saben perfectamente lo que hacen. Levantan las alcantarillas, cortan este cable porque saben que no les da calambre, tiran de él y se marchan rápidamente», asegura el regidor.

Aunque es la primera vez que esta localidad sufre un robo de estas características, Tardajos no lo ve «raro» a la vista de los numerosos sucesos -aunque de mayor magnitud- que están ocurriendo por todo el país. No se cree que los dos sucesos estén relacionados.