El Burgos Club de Fútbol ha celebrado esta tarde la Junta General de Accionistas en la que los mandatarios blanquinegros han informado de que el pasado ejercicio, el de la temporada 22-23, arrojaron unas pérdidas de casi 1,6 millones de euros.
Según ha explicado Diego Martínez, gerente del club, esta cifra llega del resultado de la suma de algunos gastos no previstos por la entidad. El primero es la cantera, y en concreto el esfuerzo que hizo la entidad con el conjunto de Segunda RFEF, otro de los conceptos es el desembolso que el Burgos hizo en el mercado de invierno, con las llegadas de David Goldar y Sergio Castel y la salida de Saúl Berjón. Asimismo, también hubo multas por valor de 200.000 euros por la iluminación y cánticos de la grada, mientras que también parte de ese dinero se utilizó en amortizaciones y gastos financieros.
El presupuesto será de alrededor de 10,5 millones de euros, que saldrá de los derechos televisivos, de la venta de entradas y abonos, así como del merchandising. Asimismo, los integrantes del consejo de administración han admitido las negociaciones con el empresario argentino Marcelo Figoli.