Unos días antes de agotar el paro logró convertirse en empleado público
de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en Burgos, una oportunidad
laboral cada vez más escasa. Se incorpora a su puesto el 8 de enero. "Estudiar vale para algo. Estoy seguro de que saqué la plaza por mis conocimientos en Historia. Y esto tiene que ser un mensaje positivo para los jóvenes".
Calcula que se ha leído unas 60 veces cada folio del temario. Que ha empleado unas 1.400 horas de estudio en el segundo examen y 760 más en su primera intentona, cuando no logró su objetivo. Recuerda que se levantó durante meses a las 5 de la madrugada, que se pasaba las mañanas en la biblioteca del cívico de San Agustín. Que tuvo media hora para responder a 100 preguntas tipo test con 3 respuestas posibles y que había 14.000 instancias de gente de toda España para 16 plazas, 3 de ellas en Burgos.
Con la precisión y la memoria de un opositor, el ex concejal del Ayuntamiento de Burgos Jesús Ojeda repasa las circunstancias que han rodeado al examen que tuvo que superar para convertirse en empleado público. Quizá en el último, o uno de los últimos, dado el frenazo en seco que han dado las administraciones. Y él se ha llevado el gato al agua sacando uno de los puestos que le devolverá al mundo laboral a partir del 8 de enero, cuando se incorpora.
Unos días antes de agotar la prestación por desempleo, después de dos años en el paro tras ser despedido en septiembre de 2010, Ojeda recibió el notición. Tuvo que esperar dos meses más y una revisión de las notas para ver confirmado su sueño a corto plazo: conseguir trabajo en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) del Paseo de Fuentecillas. No sabe cuál va a ser exactamente su cometido, pero no le importa. Lo que deseaba era volver a sentirse útil y lo va a conseguir en breve.
El camino empezó cuando, tras 18 años trabajando en un videoclub de Gamonal, perdió su trabajo. Fue víctima de la reforma laboral de Zapatero «que empezó a favorecer el despido, que se vaya a la calle gente formada y que ya conocía la clientela», reflexiona. En tres meses sembró la ciudad de currículums pero apenas tuvo respuesta, más allá de algún trabajo muy precario y temporal. «Rápidamente me di cuenta de que no me iba a llamar nadie. Mi pasado político (fue edil de Izquierda Unida) pesaba y supe que o me sacaba yo las castañas del fuego o nadie me iba a ayudar».
Así que puso en Google «Fábricas Burgos» y salió un enlace a la FNMT. De ahí a la pestaña de ofertas de empleo público, donde descubrió que debían convocar una para 2011. Y allí que se lanzó. «En la primera intentona quedé el número 20 y había 5 plazas. Me lo creí y dije: a por ellos. Hay que volverlo a intentar».
A la segunda intentona fue la vencida y logró hacer suya la tercera y última de las plazas que había para el destino de Burgos. Si hubiera sido necesario no le hubiera importado irse a Madrid, pese a que su mujer trabaja en la capital burgalesa y tiene aquí a sus hijos, pero gracias a su buen resultado ni siquiera ha tenido que plantearse el desplazamiento.
Accederá a la Fábrica de la Moneda como auxiliar de producción y, si aún le quedan ganas de estudiar, irá preparándose para la promoción interna. Él es licenciado en Historia y el examen que ha aprobado solo exigía estudios primarios, pero está convencido de que «estudiar vale y eso es un mensaje para los jóvenes, porque estoy seguro de que la plaza la he sacado por las preguntas de cultura general que tenían que ver con mi preparación».
Con la primera nómina tiene previsto invitar a la comer a la familia porque aún no ha tenido la oportunidad de celebrarlo «Y porque la economía tampoco estaba para muchas fiestas».
Y cuando se le pregunta cuál es la receta para salir de esta crisis apela a la lucha individual y colectiva enarbolando su ideología de izquierdas: «Es triste decirlo así, pero nadie te va a sacar de la crisis, nadie va a venir a darte un trabajo a tu casa. La gente que tenga un sueño tiene que luchar, pelear y hacer esfuerzos. Solo así conseguiremos mejorar».