Desde hace décadas, al llegar el mes de junio, cada fin de semana la agenda de eventos se trasladaba de barrio en barrio, en una especie de romería semanal siguiendo las fiestas que cada asociación de vecinos organizaba, contando con una verbena cada una. Un evento que ha desaparecido de los programas festivos de las barriadas porque sus organizadores no han recibido aún la subvención del año pasado del Ayuntamiento de Aranda, como motivo principal. «No hay dinero porque no nos han pagado la subvención del año pasado, de hecho, las fiestas del barrio se han reducido a la misa y un vino español, lo anterior es una semana cultural que nos sale gratis gracias a una escuela de música que tenemos aquí», explica Francisco González, de la Asociación de Vecinos Polígono Residencial. «Si no cobramos la subvención, no hay dinero para la verbena, me da mucha rabia prescindir de ella», reitera Luis Oropesa, de la asociación de Ferial Bañuelos.
La maraña de trámites administrativos está complicando sobremanera optar a esas ayudas, que tiene pendientes de pagar el Consistorio desde el año pasado. «Es un trámite muy farragoso, largo y han empezado muy tarde», lamenta Oropesa, que recuerda que en 2023 ya tuvieron que adelantar los más de 2.000 euros que les costó la disco móvil de su barrio. «Una verbena se lleva la mitad del presupuesto que tenemos y el papeleo para la ocupación de vía pública es muy complicado», reconoce Antonio Adeliño Vélez, de la asociación de vecinos Santa Catalina.
Desde el Ayuntamiento explican que se están ultimando los detalles de la resolución de estas ayudas, pero que hasta que no esté aprobado de forma definitiva el Presupuesto de 2024, no se puede pagar nada. Se aprovechará este año para abonar las ayudas de 2023, la subvención de 2024 cuando haya resolución administrativa y se está trabajando en redactar un convenio con las asociaciones de vecinos para otorgarles subvenciones nominativas por valor de 5.000 euros.
A la falta de fondos para la organización de un espectáculo de estas características, desde las asociaciones de vecinos también lamentan todos los trámites que tienen que hacer para que sea un evento en el que «participan más la gente de fuera que los socios de aquí», remarca Vélez.