A las puertas del éxito

C.P. / Burgos
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En menos de un mes, los equipos de la capital han pasado de aspirar a todo a quedarse en el camino. Tres ascensos frustrados, una liga perdida y fuera del play off. El remate final ha dejado a Burgos con la miel en los labios

En menos de un mes, se han frustrado los ascensos del San Pablo Burgos, Tizona y UBU San Pablo, la liga del Recoletas Burgos Caja Rural y el Burgos CF se despidió del sueño del play off. - Foto: Alberto Rodrigo y Valdivielso

El remate final de las temporadas de los equipos de la capital no ha podido ser más descorazonador. Todos aspiraban a grandes gestas a mediados de mayo y ninguno ha acabado llevándose el premio. Ninguno. Los últimos en quedarse en el camino fueron el Longevida San Pablo y el Grupo Ureta Tizona, que claudicaron el pasado sábado en las semifinales de la Final Four de ascenso a la ACB. A ellos, hay que añadir al UBU San Pablo de balonmano, al que se le esfumó el ascenso a la Liga Asobal en dos ocasiones; al Recoletas Burgos Caja Rural de rugby, que perdió el título de liga en casa; y al Burgos CF, que no amarró el play off rumbo a la Liga EA Sports con el viento a su favor. Todo salió al revés.

Ninguno de los cinco equipos burgaleses alcanzó su sueño durante el último mes, cuando las temporadas deciden a sus campeones. Eso sí, cada caso es diferente. En el baloncesto, la derrota del San Pablo en semifinales ante el Força Lleida escoció mucho porque su objetivo era regresar a la ACB y su plantilla estaba diseñada para ello. Sin duda, un duro varapalo para un equipo que había llegado muy en forma al tramo final del curso. El Tizona, sin embargo, encajó mejor el golpe porque para los pupilos de Diego Ocampo ya era un premio en sí mismo disputar la Final Four. Eso no quita para que acabaran dolidos tras la dura derrota ante el Movistar Estudiantes, pues se habían permitido soñar con que subir a la Liga Endesa era posible.

También llegó definitivamente a su fin el pasado sábado la ilusión del UBU San Pablo de competir en la Liga Asobal. Cierto es que se veía venir, pues había perdido por  12 goles la ida de la eliminatoria de promoción ante el Cangas de Morrazo y necesitaba un milagro en la vuelta. No obstante, antes de eso, tuvo la opción de subir en la fase de ascenso siendo el anfitrión del torneo, pero se dejó remontar por el Tubos Aranda en la segunda parte de la final. Un drama.

También resultó difícil de digerir la derrota del Recoletas Burgos Caja Rural, más conocido como Aparejadores, en la final de la liga de División de Honor. Los gualdinegros se jugaron el título en San Amaro ante el VRAC Quesos Entrepinares y tuvieron la opción de ganarlo en el último suspiro, pero la patada de Tomás Carrió, poco habituado al error, se fue desviada. La decepción lógica de la derrota no empañó una campaña en la que conquistaron la Supercopa y la Copa del Rey.

Por último, el Burgos CF se había invitado a sí mismo a la fiesta del play off y le quedaba por delante un calendario propicio para lograrlo, pero sus derrotas y empates ante equipos de la zona baja, algunos de ellos en El Plantío, le privaron de la ilusión de luchar por subir a Primera División. La temporada se les acabó haciendo demasiado larga.

Los cinco tropiezos de los equipos de la capital contrastan con las alegrías en Miranda y Aranda. En el último partido del curso, el Mirandés ató la permanencia en la Liga Hypermotion frente al Amorebieta en Anduva, mientras que el Tubos Aranda selló su ascenso a la Liga Asobal ganando, precisamente, al UBU San Pablo en la gran final de ascenso.