Dos salidas de vía en menos de treinta días. Una cifra escalofriante que genera malestar, pero también miedo, a los vecinos de Bañuelos de Bureba, Carrias y Quintanaloarco, usuarios habituales de la carretera BU-710. Los casi 25 kilómetros que separan estas localidades de Belorado y Briviesca presentan un estado «bastante deficiente» y tramos «tan estrechos por los que apenas entran dos turismos por sentido», denuncian. Si a ello se suman curvas muy cerradas, señales borradas, la inexistencia de trazos y el paso de hasta cien camiones diarios en alguna época hacen que la conducción por este tramo se convierta en una peligrosa odisea que hace casi treinta años ya se cobró una vida.
José María Diez, alcalde de Bañuelos, repasa los sustos de los últimos tiempos, en total «han sido seis y dos accidentes más serios», comenta. «Yo he vivido en primera persona alguno más», manifiesta José Félix. Este agricultor, además de tener «demasiado cerca» de sus vehículos más de un camión, fue atropellado en el cruce del pueblo un día que salió a andar en bicicleta. «La cantidad de curvas que hay hacen que la visibilidad sea mínima», añade.
Tanto Díez, como Álvaro Hernando -regidor de Quintanaloranco y Margarita Campomar -alcaldesa de Carrias- exigen a la administración regional, propietaria de la vía, que la «mejoren y garanticen nuestra seguridad». Para ello, «deberían ampliar los carriles, acondicionar arcenes y abrir más las curvas», manifiestan.
La sustitución de unas señales borradas en las que desde un vehículo «no se aprecia» el límite de velocidad también lo han solicitado, sin éxito, en más de una ocasión. «Llegamos a pintar los números con pintura blanca en el pavimento para que los conductores redujeran la velocidad al atravesar los pueblos», añade Díez.
«El firme se encuentra en un estado deteriorado y está previsto realizar una renovación superficial desde el cruce con la N-1 desde Briviesca hasta el punto kilométrico 19+700, acceso a la mina de Belorado», exponen fuentes de la Junta. No obstante, la mejora del trazado y peraltes y las intervenciones requeridas en las curvas tendrán que esperar, ya que las inversiones previstas para el ejercicio actual solo irán destinadas a la conservación de la misma. «La eficacia de las medidas en materia de seguridad también está condicionada por el respeto y cumplimiento de las limitaciones», sentencian.