El turismo de empresa revive y sujeta la ocupación en invierno

B.G.R. / Burgos
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La patronal subraya la recuperación del sector hotelero en Burgos. Su peso se dispara en zonas del alfoz y es más modesto en el centro. Reclama a las administraciones ampliar el suelo industrial

Los hosteleros destacan la excelente ubicación de la ciudad de Burgos y su potencial industrial. - Foto: Luis López Araico

En una ciudad caracterizada por su gran peso industrial, el turismo de empresa se convierte en un fuerte nicho de mercado para el sector hotelero. La pandemia causó estragos entre la potencial clientela y no ha sido hasta este año cuando se ha recuperado totalmente e, incluso, ha llegado a superar los niveles de 2019. Los empresarios coinciden en esta reactivación, al igual que en el hecho de que permite mantener la ocupación media entre semana durante los meses de invierno, si bien esta varía al alza o ser torna más modesta dependiendo de la ubicación del alojamiento. 

En líneas generales y tomando como referencia la temporada baja, el presidente de la Asociación Burgalesa de Hospedaje, Luis Mata, confirma esa recuperación y la traduce a cifras. «El turismo de empresa puede llegar a suponer el 80% de la ocupación media durante los días laborables», subraya, al tiempo que reduce ese porcentaje al 40% cuando llega la campaña turística media o alta y precisa que esta evolución no siempre se produce de manera homogénea. Es decir, que puede resultar «desigual»  entre los establecimientos localizados en entornos industriales o cercanos a ellos, como el caso del polígono de Villalónquéjar,  que registran un empuje «más potente», y los del centro de la capital, donde convive con visitantes más convencionales o grupos de viajeros.   

El turismo de empresa representaba en torno a un 25% de la facturación anual media de un hotel en enero de 2023, si bien en este momento los empresarios sitúan ese volumen entre un 35 y un 50%. Es el caso de la cadena Boutique Hoteles, con dos establecimientos de tres estrellas (Vía Gótica y Boutique Museo) en el centro y cuya directora, Sonia Alonso, reconoce que entre semana las personas que viajan por motivos de trabajo se han convertido en los principales y «más fieles clientes». Un perfil que responde al de empleados de pequeñas y medianas empresas, ya sea técnicos, mano de obra o autónomos. No obstante, admite que la mejora de las comunicaciones ferroviarias provoca que proliferen las visitas de solo un día en las que no se requiere pernoctar.

80% de la ocupación media diaria de la hotelería burgalesa responde al perfil de cliente que viaja por motivos laborales entre semana. En los meses de temporada media o alta puede llegar a descender al 40% al incrementarse la presencia de turistas convencionales y de grupos de visitantes


El director del Hotel Abba, Álvaro Gredilla, también ubicado en el casco histórico, habla de «vuelta a la normalidad» con una estancia media de dos o tres días y una motivación del viaje también propiciada por la asistencia a eventos. Las características de su alojamiento, sin embargo, hacen que el mayor volumen de ocupación recaiga en el turismo convencional, incluidos grupos de viajeros, si bien el profesional supera ya el 30%. Por encima del 35% sitúa esa proporción Ricardo Garilleti, del Grupo Rice, quien resalta la importancia de este sector en la hotelería burgalesa, la «ayuda» que supone para sostener la ocupación diaria desde mediados de octubre a finales de marzo e, incluso, sostiene que «ha mejorado respecto a 2019».

Ese volumen se dispara en cuanto se sale del centro de la capital y un ejemplo se encuentra en La Galería, alojamiento ubicado en el polígono de Villalonquéjar. Aquí la recuperación no tardó en llegar y el turismo de empresa representa en la actualidad el 90% de la ocupación de lunes a viernes, niveles que se traducen en un movimiento mayor que el del año anterior a la pandemia. «Somos unos privilegiados», subraya su director, Rubén Vegas, quien remarca el potencial industrial de Burgos y la actividad que genera esta zona industrial. 

35% de peso en la facturación supone como mínimo en la cuenta de resultados de los alojamientos, con variaciones que llegan hasta el 50%. En enero de 2023 se situaba en torno al 25%


También alejado del núcleo urbano, el Hotel Camino de Santiago, en Castrillo del Val, ha notado un incremento del trasiego de clientes que se mueven por motivos laborales, al margen del turismo más familiar del fin de semana. En este punto, Carolina Alonso alude directamente a las obras del futuro Parque Tecnológico y considera 2024 como el año de la recuperación del peso habitual del sector.
La valoración resulta positiva entre los empresarios consultados, al igual que coinciden en haber desterrado el temor a que, esa comunicación a través de las nuevas tecnologías que trajo consigo la pandemia, iba a imponerse a las reuniones presenciales al valorar que se trata de «medios complementarios». «Se ha vuelto a la presencialidad», comenta Sonia Alonso, al tiempo que, mirando ya al futuro, sostiene que este nicho de mercado se puede impulsar aún más.

«Tenemos lo más difícil, que son los recursos, pero queda mucho por hacer», asevera, compartiendo una línea en la que entra en juego la promoción de la fortaleza industrial de Burgos y su idónea ubicación, pero también la necesidad de contar con más suelo que permita crecer y atraer a empresas. Al respecto, Garilleti considera necesario que las administraciones amplíen la oferta disponible, algo que también remarca Vegas, y corrobora el presidente de la patronal hotelera en referencia tanto al Ayuntamiento como a la Junta de Castilla y León. «Hay que generar más suelo con los mecanismos que tengan a su alcance las administraciones porque así lo están haciendo en otras ciudades del entorno y a precios muy ventajosos», sentencia.