Thibaut Courtois es uno de los mejores porteros del planeta, uno de los que más 'milagros' firma y de los que mejor defiende el juego aéreo en su segundo palo. Èder Militao, hablando de juego aéreo, es un tipo intenso y disciplinado por tierra y aire, un portento físico que rara vez pierde la marca. ¿Es posible que el 3-1 del derbi madrileño, además de por el inmenso trabajo del Atlético, se explique en las ausencias defensivas del Real Madrid? Porque Antonio Rüdiger, en los días malos, es un desastre táctico con largas patas; y David Alaba no es central, no al menos al uso, de los que convierten el área pequeña en su hogar y «aquí no entra nadie». Las espaldas de los laterales -el conjunto rojiblanco lo tenía estudiado- era solo el principio:el final era la espalda de los centrales.
Irregular
La euforia del día después debería permitir tener al Atlético un debate sosegado sobre qué equipo es... y qué equipo quiere ser. Viene de un horrible ejercicio futbolístico en Mestalla (3-0) y de uno notable en Roma ante la Lazio, sellado con la penuria del gol del portero local en el 94. Y ante el gran rival (con un ambiente increíble, que solo se logra... ante el gran rival), fue un bloque férreo y solidario, disciplinado y efectivo. Tanta irregularidad confunde a la crítica y al público, que no sabe si señalarlo como tercer candidato o candidato a ser tercero.
Fuerza moral
El Barcelona llegaba de dos 5-0 consecutivos (Betis y Amberes) y midió mal la concentración y los esfuerzos iniciales ante un Celta soberbio atrás y adelante. El 0-2 ya había puesto la trituradora azulgrana en marcha... hasta que dos tantos de Lewandowski y el tercero de Cancelo obraron una remontada 'exprés' en los últimos 10 minutos. Habituados a la victoria holgada, a veces los grandes se olvidan de sufrir. La angustia es una buena terapia de grupo si sales victorioso de ella, así que el 3-2 sobre el cuadro gallego vale más que un liderato o tres puntos:es la constatación de que hay fe y muchos recursos.