El desarrollo de las infraestructuras de recarga que exige la penetración del coche electrificado en el mercado aún está lejos de alcanzar los ambiciosos objetivos planteados por las administraciones con el horizonte fijado en 2030. Los niveles de crecimiento actual consolidan la red disponible, si bien el sector automovílistico destaca la necesidad de corregir las deficiencias que impiden un mayor ritmo de expansión a lo largo y ancho del país.
Hace ya 13 años que se habilitaron en Burgos los primeros puestos de alimentación eléctrica en la vía pública reservados al repostaje de estos automóviles de un futuro que hace tiempo que es presente. Aquella iniciativa contó con la colaboración del Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL), una prueba piloto que fue el punto de partida para implantar una malla que aumenta de forma gradual en todo el territorio para dar cobertura a estos modelos.
Se ha avanzado en el proceso y los usuarios ven el vaso medio lleno en líneas generales «Hoy en día cualquiera que viaje en coche eléctrico ya sabe que la infraestructura de carga no es un problema. Por distancias sabemos que va a haber disponibilidad de puntos de carga», resume el presidente de la asociación burgalesas, Carlos Castiñeiras.
Sin embargo, el coche eléctrico aún necesita margen para crecer en Burgos y para afianzarse en los márgenes deseados en el mercado de compraventa. Según los últimos datos de la Dirección General de Tráfico, un total de 2.064 vehículos no tienen motor de combustión en un parque automovilísitco que alcanza las 272.218 unidades en la provincia.
Esta tecnología avanza y en este momento es la gran alternativa del mercado, a la espera de que se desarrollen y se implanten después con el paso del tiempo las bondades de otras opciones de futuro como el hidrógeno.
En este escenario, el paulatino crecimiento de la red de recarga alcanza los 478 puntos de acceso público disponibles en Burgos, según los datos extraídos a partir del Barómetro de la Electromovilidad elaborado por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) para el tercer trimestre de 2024. Una cifra que irá a más en el futuro próximo con la implantación ya iniciada de los postes V-4, conocidos como 'súpercargadores'. «Ya son compatibles con todas las marcas y están bien pensados», explica Castiñeiras.
La llegada del equipamiento de última generación y la disponibilidad de cargadores tanto en los núcleos urbanos como en las principales vías de comunicación son factores que contribuirán al crecimiento de los vehículos eléctricos. Incluso, la red actual aún tiene capacidad para mejorar sus prestaciones, ya que un total de 82 puntos de recarga no se encuentran operativos en este momento.
«Las principales claves para resolver este asunto son la voluntad de hacerlo bien y el mantenimiento.Por ejemplo, Tesla tiene una disponibilidad del 99,5% las 24 horas del día y están ampliando su negocio.Si unos pueden, los otros tendrán que preguntarse qué deben mejorar», destaca Castiñeiras.
Si bien no es un dato positivo, Burgos destaca con respecto a la media nacional. En términos globales, los usuarios no pueden contar con el 21% de la malla nacional. En la provincia esta circunstancia se reduce al 17%. Este hecho se produce por diversas razones, ya sea por encontrarse en mal estado, por estar averiados o porque aún no se han conectado a la red de distribución eléctrica.
«Las empresas gestoras de las recargas, todas salvo una excepción, siempre echan la culpa a los demás.En un caso en concreto tienen por norma no funcionar nunca. Les instalan, pero no los dan de alta o cuando funcionan lo hacen mal.Algunos se dedican a especular con esto y son un desastre, pero otras compañías demuestran que se puede hacer bien. ¿Por qué unos lo hacen y otros no?», plantea.
Siempre tomando como referencia el informe de la patronal, el número de puntos de recarga instalados pero que están fuera de servicio ha aumentado un 13% en todo el país en el último año, al pasar de los 9.145 a las 10.333 instalaciones inactivas.
Mientras se pone en marcha toda la infraestructura disponible, los usuarios del vehículo eléctrico destacan la importancia de que el despliegue se haga de una manera ordenada y lógica para el consumidor. De esta forma, el debate abierto sobre las estaciones de carga lenta y las denominadas coloquialmente como 'ultrarrápidas' debe centrarse en la necesidad de los vehículos y en la ubicación de esos puntos.
En Burgos, 228 de los 478 puntos de recarga mencionados son de carga lenta (de menos de 22 Kw) y 141 son de más de 150 Kw. Los primeros son los apropiados para los núcleos urbanos y en zonas de acceso público con estacionamientos de larga duración como un aparcamiento.
Los de mayor potencia, sin embargo, son aquellos que se implantan normalmente en las gasolineras, autopistas y en las vías principales para dar respuesta a los desplazamientos interurbanos. «Cada opción cubre distintas necesidades», explica Castiñeiras, quien lamenta que el Ayuntamiento no cuente con los usuarios en el despliegue de la red del caso urbano. «No todos los cargadores valen para todo ni son para todos», zanja Castiñeiras.