Sospechan que el fuego del Castillo se causó en un botellón

I.E. / Burgos
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La Comisaría y los bomberos tienen claro que fue intencionado y obra de una pandilla de vándalos. La ausencia de cámaras en la zona dificulta los arrestos

La zona incendiada el sábado y, al fondo, las agujas de la Catedral. - Foto: Roger Roque

Los incendios en el Castillo de Burgos se están convirtiendo en un peligroso clásico del verano. El 22 de julio de 2021 tuvo lugar uno prácticamente en el mismo lugar que el que se produjo el pasado sábado, en la ladera que se eleva desde la calle Eras de San Francisco, muy cerca de las traseras de las casas. Aquel calcinó más superficie y llamó más la atención de los burgaleses porque las llamas fueron más virulentas y porque se calcinaron 4.000 metros de terreno. Las investigaciones de la Policía Nacional no dieron sus frutos, a pesar de que fueron interrogadas varias personas. Al año siguiente, en 2022, volvió el fuego al cerro de San Miguel.  Entre el 9 y el 23 de agosto se registraron hasta 3 incendios. Tampoco hubo arrestados, a pesar de que la Comisaría siguió la pista a varios sospechosos.    

La rápida acción de los Bomberos de Burgos limitó los efectos del fuego, pero con unas condiciones meteorológicas más adversas -con más viento- las consecuencias podrían haber sido nefastas, incluso para las personas. La Comisaría de Burgos -con la colaboración del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de la capital- ha abierto una investigación para dar con el autor o autores del incendio del sábado y ha puesto el foco en los grupos de jóvenes que ese día hacían botellón en distintos puntos del parque del Castillo. 

Los investigadores tienen claro que fue intencionado, pero admiten que no va a ser fácil dar con los responsables. No hay cámaras en el lugar donde se originaron las llamas -en Eras de San Francisco- si bien están siendo revisadas todas las situadas en las inmediaciones por si se puede reconocer a individuos que portaran bolsas de botellas hacia esa zona del cerro de San Miguel. La Policía Nacional recuerda que el delito de incendio conlleva penas de prisión. De uno a cinco años cuando se quemen bosques o masas forestales, que es lo que ha ocurrido en esta ocasión. Y se puede agravar si la autoridad judicial estima que ha habido riesgo para las personas. En este caso las condenas pueden oscilar entre los 10 y los 20 años de cárcel.

De manera que hacer una pequeña hoguera en un monte -por urbano que sea- o practicar cualquier acto vandálico que conlleve el uso del fuego puede salirle muy caro al autor, al margen de los daños medioambientales o personales que pueda causar.