El ritmo en la tramitación administrativa del tramo de AVE Burgos-Vitoria y la duración de las obras del trayecto Venta de Baños-Burgos (más de 12 años) invitan a pensar que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Fomento) no va a cumplir con la fecha que exige la Unión Europea para estrenar esta infraestructura, 2030. En la revisión de las directrices de la Red Transeuropea de Transportes el Parlamento de Bruselas ha fijado ese año como el de la puesta en marcha de toda la red básica de ferrocarril. En ella se incluye el corredor del AVE entre Madrid y Francia, pero en esta línea hay dos escollos duros que salvar: por un lado la ejecución de la famosa Y vasca, y por otro, el tramo Burgos-Vitoria.
La urgencia en ejecutar ambos proyectos salió ayer a relucir en la sesión de control del Gobierno en el Congreso de los Diputados y fue el PNV el que interpeló al ministro José Luis Ábalos para que se pronunciara sobre si van a concluir en plazo ambos trazados. La Y vasca debía estar finalizada en 2023, pero en Euskadi tienen asumido que como muy pronto será en 2026. Los accesos a Bilbao y Vitoria y sus estaciones están pendientes del informe de impacto ambiental, igual que todo el tramo entre la estación Rosa de Lima y la capital alavesa.
Con este estado de tramitación en el itinerario del AVE entre Burgos y Vitoria, ¿hay opciones de que entre en funcionamiento en 2030, como reclama Europa? Por partes. Ayer mismo, José Luis Ábalos señaló que «no renuncia a comprometerse con esos plazos, aun sabiendo de las dificultades». «Pero creo que no nos debemos relajar porque de lo contrario sería tanto como estimular la propia tardanza», contestó al diputado ‘peneuvista’ Íñigo Barandiaran.
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