Un nuevo derbi regional se disputa esta tarde en el José Zorrilla de Valladolid. El Burgos Club de Fútbol busca conquistar un estadio en el que nadie ha podido ganar durante los seis últimos partidos. El Valladolid de Pacheta ha mejorado mucho desde aquel primer derbi el 5 de septiembre, en el que el Burgos ofreció una auténtica exhibición (3-0). Se ha convertido en un claro aspirante al ascenso directo.

El reto de la plantilla de Julián Calero es romper esta estadística y protagonizar la sorpresa de la jornada. Para ello contará con el aliento de unos 1.000 aficionados burgaleses. 600 de ellos han podido adquirir las entradas enviadas al Burgos y el resto las ha comprado al propio club pucelano. La principal novedad en el once será el regreso a la portería de Alfonso y habrá que ver si Álvaro y Ernesto, tras superar el coronavirus, entran en el equipo.

No es un partido cualquiera. La rivalidad entre Real Valladolid y Burgos es histórica. Es cierto que durante muchos años no ha habido enfrentamientos, pero ese sentimiento nunca se ha olvidado y siempre ha sido algo más que un partido.

(Más información y la opinión de los entrenadores, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)