La deuda heredada del Consorcio de Villalonquéjar dejará de ser un problema este año. Tras la histórica amortización anticipada de 2024, los servicios económicos municipales han aconsejado al equipo de Gobierno que los 23 millones de euros que se van a 'limpiar' de deuda en este ejercicio, con dinero procedente de los remanentes de tesorería, sirvan para reducir prácticamente hasta la nada los créditos más lesivos contraídos por el antiguo ente. Es decir, los sometidos a un interés variable y que tanto daño han hecho en los últimos tiempos. El Ayuntamiento encauza así la situación financiera 23 años después de la constitución de este instrumento ya que, a partir de ahora, básicamente solo tendrá que hacer frente a la llamada deuda no sostenible y lo hará con una importante bolsa de suelo susceptible de ser vendida.
La palabra que mejor puede definir la nueva situación que se presenta respecto a la deuda del extinto Consorcio de Villalonquéjar es alivio. El Ayuntamiento mantendrá únicamente unos dos millones de euros de deuda a interés variable (de un punto por encima del euríbor) y otros 21,2 tras las amortizaciones ordinarias del tramo sometido a interés fijo. En resumen, quedarán unos 23 millones de deuda por saldar, pero ya sin sorpresas ni sobresaltos y con 55 parcelas aún disponibles para la venta con un valor de 46,4 millones.
A diferencia de lo que ocurre con buena parte del suelo heredado del Consorcio del Desvío, considerado como invendible en el corto y en el medio plazo, en el caso de los terrenos procedentes de Villalonquéjar, según el último estudio realizado por la Sociedad ProBurgos, sí se entiende que 28,1 millones se pueden ingresar con relativa facilidad a lo largo de los próximos años.
Es cierto que la situación, tras la disolución de los dos consorcios el pasado verano, ha cambiado, ya que lo que existe ahora es una única deuda dividida en un puñado de créditos de diversa índole, de tal manera que los ingresos que se obtengan por la venta de suelo en Villalonquéjar podrán servir también para pagar deuda procedente de la Variante Ferroviaria. Independientemente de que ahora se da prácticamente carpetazo a la operación financiera concertada hace 23 años y revisada hace casi una década.
En la última ampliación del polígono hay aún medio centenar de solares disponibles
El Ayuntamiento de Burgos tiene previsto, por otra parte, sacar a licitación la deuda a interés variable que heredó del Desvío Ferroviario. Se estaba a la espera de la liquidación de las cuentas para cerrar los últimos flecos y definir la cantidad exacta que se ofertará a los bancos y ese asunto debería estar listo para publicarse en cuestión de días o semanas.
El objetivo de la Administración municipal es que esa deuda a interés variable pase a tipo fijo y evitar de este modo sorpresas indeseadas y lejos del ámbito de control. Es cierto que durante años el Ayuntamiento de Burgos se benefició de un euríbor situado en el 0%, pero luego, cuando subió, la sacudida fue tremenda.
Las cuentas del Ayuntamiento, y más aún una vez que se consiga refinanciar la deuda del Desvío, se encuentran en este momento bastante saneadas y a ello ha contribuido de manera notable las amortizaciones anticipadas que se han realizado con el dinero procedente de los remanentes de tesorería una vez que han vuelto a operar las reglas fiscales.
En el número 1 de la Plaza Mayor, además, han podido sortear el incremento del gasto corriente con un aumento también significativo de las transferencias del Estado. Del mismo modo, los fondos procedentes de la Unión Europea han hecho que el esfuerzo inversor se haya compartido y no se haya realizado íntegramente con recursos municipales.
De continuar el mismo ritmo de remanentes de los últimos años, el Ayuntamiento podrá reducir también de manera importante la deuda del Desvío, la más lesiva en este momento. Cabe recordar, también es cierto, la necesidad que hubo en su día de sacar el tren del centro de la ciudad y eliminar esa barrera para transformar las vías del tren en un bulevar que aún a día de hoy sigue cogiendo forma con la construcción de las nuevas torres en el entorno de la vieja estación.
Desarrollo de los terrenos del antiguo CAE
Aunque el Ayuntamiento de Burgos ha conseguido rebajar a mínimos la deuda procedente del Consorcio de Villalonquéjar, no de manera inmediata, pero sí dentro de unos pocos años tendrá que buscar la financiación para crear una nueva bolsa de suelo industrial en los terrenos del entorno de Villafría donde antiguamente se diseñó el fallido Centro de Actividades Económicas (CAE).
Aún faltan varios mandatos hasta que se complete toda la tramitación urbanística y se puedan iniciar obras, pero los primeros cálculos, muy por encima, ya sitúan en más de cien millones de euros la inversión que será necesario acometer. Eso sí, en distintas fases que se desarrollarán conforme a la demanda.
Llegado ese momento es posible que haya que concertar nuevas operaciones de crédito con las entidades financieras y en el Ayuntamiento de Burgos buscarán también la implicación de la Junta de Castilla y León que, en lo que a suelo industrial se refiere, su aportación en la capital burgalesa se circunscribe al tan esperado Parque Tecnológico.
Aunque aún queda margen, en el Ayuntamiento también entienden que no hay tiempo que perder y es necesario dar pasos de manera continuada.