Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


La única combatiente en el Gobierno

14/07/2023

"¿Por qué no pusieron a esta mujer a enfrentarse con Feijóo, en lugar de Sánchez?". La ironía la escuché de labios de un conocido empresario que asistió, el miércoles, a un encuentro con Nadia Calviño en el foro de Europa Press. La vicepresidenta primera, ministra de Economía y de Transformación Digital, nos dio un recital entusiasta de optimismo económico, mientras se despachaba con duras invectivas contra el presidente del Partido Popular y líder de la oposición, cuya victoria nadie quiere reconocer oficialmente, en alta voz, en los ámbitos socialistas. La señora Calviño, que formalmente no es militante del PSOE y ha declinado concurrir a las elecciones en las listas socialistas, se ha convertido, paradójicamente, en la más entusiasta defensora de la candidatura de Pedro Sánchez en medio de un Consejo de ministros con un funcionamiento al menos atípico y en el que patentemente cunde una soterrada desmoralización.

Para Calviño, todo va bien, de la misma manera que, para los ámbitos de la oposición, todo, en materia económica, va mal. El debate sobre el estado de la economía es más bien un combate en el que unos ven la botella repleta mientras los otros la consideran completamente vacía, nada de términos medios. Y si, como decía Galbraith, la economía es un estado de espíritu, hay que reconocer que doña Nadia Calviño pone el listón muy alto: ni un solo dato negativo admitió, ni lo admite en sus numerosas apariciones públicas. Ni el propio Sánchez, que, por supuesto, nunca ha reconocido su derrota en el 'cara a cara' frente a Feijóo, y que ahora ha dejado caer su desgastado eslogan de que la economía 'va como una moto', se muestra tan eufórico.

Pero lo cierto es que, más abajo de la vicepresidencia primera, en el mundo socialista cunde el desánimo. Me dicen que los Consejos de Ministros se han convertido en algo triste, donde las presencias de las ministras de Podemos y especialmente de la aún vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, constituyen un factor insólito, casi surrealista, en calificación de alguien que asiste a estas reuniones, que han llegado a su última sesión antes de la corrida a las urnas. En ámbitos gubernamentales admiten que la convivencia de Nadia Calviño con Yolanda Díaz --se lo pregunté a la superministra económica y, claro, se fue por la tangente-- es insostenible, y, aunque la señora Calviño nada dice al respecto, algunos de sus colegas creen saber que "tiene la mente puesta en Bruselas". Y varios altos cargos de su Departamento están igualmente pensando en otros horizontes.

Así están las cosas: hay, entre los cargos altos e intermedios monclovitas y de Ferraz, una inquietud palpable, cotidianamente alimentada por los trackings de encuestas. Demasiados puestos de trabajo en el alero. Mucha incertidumbre: ¿logrará Sánchez remontar el vuelo de los entusiasmos en el próximo debate 'a tres' (insisto: no logro entender la voluntaria ausencia de Feijóo), el día 19, en Televisión Española? Hay quien ve, en el propio mundo socialista, a Sánchez como "irrecuperable, en manos de asesores internos y externos que son los inadecuados y que le aconsejan una estrategia de confrontación que es la inadecuada". Por otro lado, el presidente tiene que compatibilizar su actividad como candidato con su presencia en la OTAN, en la UE --nadie parece percibir que España preside la Unión--, múltiples frentes que parecen estar superando su capacidad de combatiente por el voto.

Menos mal que siempre nos quedará la combativa Calviño. Bueno, al menos hasta el 24 de julio.