Las burgalesas aportan el 40% de toda la leche materna donada

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Un potente programa de concienciación de la Unidad de Neonatología del HUBU sobre esta forma de alimentación y la solidaridad de las mujeres consigue estos resultados. Cada madre en Burgos da unos 10 litros al año, cifra que supera la media del país

La pediatra Cristina de Frutos, jefa de sección en la Unidad de Neonatología del HUBU, es la responsable de coordinar las donaciones de leche materna. - Foto: Valdivielso

Todos los años, alrededor del 7% de los niños que nacen lo hacen de forma prematura, es decir, antes de que se cumplan 37 semanas de su gestación. Se trata de una circunstancia que hace necesario su ingreso hospitalario para abordar los problemas de salud que presenten o prevenir los que puedan llegar antes de su completa maduración, y dentro de las medidas que se toman para conseguir el alta en las mejores condiciones está la instauración inmediata de la lactancia materna. Y como hay mujeres que presentan dificultades para llevarla a cabo, al menos en los primeros días tras el parto, hace ya una década que se creó el Banco de Leche de Castilla y León, que se ubica en el Hospital Río Hortega, de Valladolid. Poco después,  en 2018, la Unidad de Neonatología del Hospital Universitario de Burgos (HUBU) se convirtió en el primer (y único, de momento) centro satélite y desde entonces provee entre el 40 y el 45 por ciento de toda la leche materna que se dona en Castilla y León.

Cristina de Frutos, jefa de la sección de Neonatología del HUBU, explica que todos los años hay una media de entre 6 y 8 mujeres que donan alrededor de 10 litros al año cada una, cifra que está muy por encima de la media de España, que se sitúa en 6,5. Estos buenos resultados, detalla, se deben a la generosidad de las madres pero también a la concienciación de todos los profesionales que participan en el potente programa de promoción de la lactancia materna del hospital. 

El objetivo de los bancos de leche -indica la experta- es evitar la administración de fórmulas artificiales a los niños con riesgo de padecer enterocolitis necrotizante -una grave infección del sistema digestivo que produce la muerte del tejido intestinal- que son, sobre todo los prematuros nacidos antes de la semana 32 o que tienen menos de 1.500 gramos de peso: «En estos casos suele ocurrir que las madres tienen circunstancias que dificultan la producción de leche, especialmente en los primeros días tras el parto, por lo que ofrecer a estos bebés leche donada de otras mujeres les mejora sustancialmente la salud».

La estructura de la donación de leche materna en Castilla y León se basa en un modelo denominado mixto. Cuando se puso en marcha, las donantes se seleccionaban desde el Río Hortega y la leche se procesaba en el Centro de Hemoterapia de Castilla y León (Chemcyl), que sigue haciéndolo a día de hoy con un sistema que garantiza la completa higienización, pasteurización y trazabilidad del producto. La incorporación del HUBU abrió la posibilidad a que las madres que tenían aquí un niño prematuro o con problemas de salud pudieran donar. 

Porque en el hospital burgalés solo pueden regalar su leche estas madres, es decir, no está abierto a la donación general. Aquellas que no han pasado por un parto prematuro o cuyos bebés están bien de salud, si quieren donar su leche tienen que ir al Río Hortega de Valladolid cada 15 días. Las vallisoletanas se benefician de tener el banco en la ciudad y, además, disfrutan de la recogida de la leche a domicilio. Hay mujeres que se dirigen al HUBU para ofrecer su leche y, reconoce la doctora De Frutos, se sienten frustradas cuando se les explica este sistema «pero hasta el momento se considera que  la donación que se hace en Valladolid y la que llega de Burgos son suficientes para cubrir las necesidades de los hospitales».

En este sentido, Daniela Osorio, presidenta de la asociación Madres de la Leche, lamenta que tener que ir a Valladolid dos veces al mes con la leche sea muy difícil para las madres y que, de hecho, no se haya dado ningún caso «a pesar de que hay familias a las que les gustaría donar». De todas formas, valora muy positivamente que el HUBU sea un centro satélite: «Las madres de bebés prematuros se sienten más seguras al saber que sus pequeños pueden tomar leche materna mientras ellas consiguen alcanzar la producción que necesitan. Tener a tu bebé ingresado, separado de ti nada más nacer, dificulta mucho el inicio de la lactancia y todo lo que ayude a que la madre esté tranquila, ayudará a mejorar su producción. Además es una buena noticia porque muchas madres que están amamantando a sus bebés tienen un sentido solidario que les hace querer que otros bebés con dificultades también puedan tomar leche materna». 

Las ventajas generales de esta alimentación son de sobra conocidas, aunque algo menos en lo que tiene que ver con los niños prematuros o enfermos. «La leche materna es un factor de prevención clarísimo contra la enterocolitis necrotizante, como ya se ha dicho, y, en general, la lactancia materna siempre ha estado -y lo sigue estando- ligada a la supervivencia», concluye De Frutos. 

VENTAJAS PARA LA INFANCIA

Protege frente a las infecciones y el síndrome de muerte súbita del lactante.

Proporciona contacto físico a los bebés lo que les ayuda a sentirse más seguros, cálidos y consolados.

Los niños amamantados tienen un mejor desarrollo dental 

Potencia el desarrollo intelectual gracias a que la leche materna tiene componentes específicos que son fundamentales para el desarrollo del cerebro.