De los nueve pueblos que conforman el Valle de Santibáñez, Miñón es el más pequeño de todos. Con un padrón que apenas llega a las 13 personas, de las cuales incluso menos viven a diario en la localidad, esta pedanía está decidida a destacar entre el resto de sus pueblos hermanos. Hace unos meses requirieron a la Sociedad Española de Vexilología, creada en 1977 para fomentar el estudio y desarrollo de las banderas, la creación de un escudo propio para generar una «identidad propia».
Así lo defiende su alcaldesa, Ana Belén González, que lamenta que contar con menor número de habitantes provoca que los recursos de los que dispone la Junta Vecinal sean mucho menores que el resto de localidades vecinas «Queremos avanzar para que se oiga hablar de Miñón. Siempre hemos estado a la sombra del resto», lamenta González. El resultado final fruto del arduo trabajo por parte de los expertos en vexilología es, a ojos de González, todo un acierto. «Refleja a la perfección lo que es el pueblo. Han dado en el clavo», resume.
El escudo tiene como elemento principal un medallón con un cuadrúpedo que aparece en la portada de la iglesia de San Pedro. A ambos lados le acompañan dos espigas en representación de la agricultura, el principal sustento de los habitantes del pueblo. «Los colores simbolizan a la perfección lo que somos», reconoce. El rojo de Castilla, el amarillo del campo y el blanco y azul del río Úrbel son los que integran esta insignia. «Va a ser muy importante en los próximos años», destaca.
Resultado final del trabajo. - Foto: SEVLa bandera, por su parte, está compuesta por tres franjas horizontales de proporciones 4-1-1. El rojo destaca en la superior, mientras que la intermedia es blanca y la inferior azul. En el centro del segmento superior, y en amarillo, se dispone el medallón con el cuadrúpedo que figura en el escudo. Una vez con el encargo en sus manos, y vista la buena impresión que ha causado entre los cerca de 13 vecinos que conviven a diario, Ana Belén González ya se plantea otro reto: conseguir la subvención necesaria para trasladar del papel a la realidad un escudo. «Queremos ponerlo en las antiguas escuelas, que ahora funcionan como sala de usos múltiples... pero somos un pueblo pequeño y pobre», destaca.
Con orgullo. Con el objetivo prioritario de salvaguardar y cubrir las necesidades básicas que afectan al día a día del municipio, descartan -muy a su pesar- emplear alguna partida de las cuentas actuales para esta función. «Queremos visibilidad. Está muy bien hablar de la España Vaciada, pero la realidad no va con lo que se escucha por ahí», destaca la alcaldesa, que sí que adelanta que el escudo ya empezará a figurar en todos y cada uno de los documentos oficiales que se emitan desde Miñón.