Verano de 2011. "En principio sería solo un curso. Si todo va bien, podría quedarme hasta acabar la universidad". Esto afirmaba Rubén Giménez Liñares pocos días antes de irse a Estados Unidos becado por ser un excelente y prometedor nadador, que acumulaba desde infantil muchas medallas y una notable progresión en las marcas.
(El deporte en las universidades norteamericanas está muy valorado y ofrecen becas a jóvenes promesas de todo el mundo y de numerosas disciplinas. Además, entre otros beneficios, disponen de buenas instalaciones y adaptan los estudios y horarios a los entrenamientos y las competiciones).
Otoño de 2024. Allí sigue, casado recientemente, trabajando de ingeniero de software y viviendo en Carlsbad, en el Condado de San Diego, California (costa oeste, mirando al Pacífico). Y con una perrita influencer en Instagram (@nubethesamoyed).
Este apasionado de la natación y del surf nació en Burgos en 1992 y estudió en el colegio Fernando de Rojas y en el instituto Félix Rodríguez de la Fuente, ambos en Gamonal. Tomó contacto con la piscina de El Plantío sin pensar en ser el más rápido, sino como terapia para el asma. Y se le daba bien. Muy bien. Y ganaba campeonatos regionales, y medallas nacionales...
Por ello, tras haber hecho el primer curso de Ingeniería Informática en Burgos, decidió que la mejor opción para compaginar ambas carreras era coger un avión con destino a Bridgeport, en el estado de Connecticut (costa este, con vistas al Atlántico), encima de Nueva York. Allí estuvo 5 años en el agua y en las aulas, graduándose con dos diplomas, uno en Computer Science y otro en Finance.
Además de natación, practica surf, esquí y pickleball (mezcla de tenis, pádel, tenis de mesa y bádminton)
Rubén Giménez, varias veces campeón de España júnior en diferentes modalidades y que también sumó muchas victorias norteamericanas, sigue muy ligado al deporte, y no solo porque su esposa, Alja, fue nadadora de la misma universidad. Él se entrena todas las semanas dos o tres días y compite en categorías máster. Le encanta, igualmente, practicar el surf y esquiar, y se ha aficionado al pickleball, que es una modalidad que combina tenis, pádel, bádminton y tenis de mesa, y se puede jugar de a dos o de a cuatro por parejas. "Es un deporte que está creciendo muchísimo en Estados Unidos y en otros países", afirma.
Compartir el tiempo con su mujer, amigos y la perrita samoyeda Nube, y viajar son otras de sus alternativas preferidas para el tiempo libre que le deja su trabajo y sus horas de piscina.
Aunque sigue siendo joven, lejos (más de 9.000 kilómetros) le quedan ya los madrugones, el fresquito burgalés y las horas y horas nadando y mejorando, luchando contra el reloj y sus propios límites, en las piscinas de El Plantío. Esas que le sirvieron de trampolín para abrazar la vida y el destino que se le ha ido poniendo delante. Pero, además de la familia y los amigos, también mantiene vivos entre sus recuerdos los partidos de baloncesto en el parque Buenavista (G-9) y los Sampedros. Este informático de Gamonal afincado en California no tiene cantantes ni géneros de música muy predilectos, pero sí escucha con frecuencia pódcast de tecnología, emprendimiento y actualidad.
¿Y el futuro? "Nos gustaría volver a Europa, y España está a la cabeza de la lista".
Eso anhela su familia. Y es que resulta que no es el único en 'cruzar' el charco. Su hermano Diego, también nadador, partió dos años después rumbo a EEUU. E, igualmente, allí se quedó. De momento.
OTROS OJOS
¿Qué es lo que más te gusta de los estadounidenses?
¿Y lo que menos?
En general, trabajan duro, tienen un espíritu de equipo muy fuerte (en lo deportivo y en lo profesional), y son muy abiertos a la innovación y al emprendimiento. De todas formas, EEUU es muy grande y hay mucha diferencia de unas zonas a otras. Mi impresión es que la gente en esta zona costera al sur de California es muy abierta, alegre, y le gusta mucho el deporte y llevar un estilo de vida sano. Lo que menos: la desigualdad económica y de educación.
Si vives en el extranjero (o conoces a alguien que lo haga) y te apetece contar esa historia, contacta con mserrano@diariodeburgos.es