A principios del 2021, la dirección de La Flor Burgalesa se encontraba perfilando una de las mayores inversiones de su historia. Tras adquirir unas parcelas anexas a sus instalaciones de Villalonquéjar, la compañía proyectó una nueva fábrica, la tercera, para aumentar su facturación de forma progresiva. No obstante, el estallido de la guerra en Ucrania y la subida disparatada de precios ha dejado en punto muerto este asunto.
«Esperamos acometer esa inversión el año que viene», indica Ángel Juan Pérez. En total la firma tenía previsto desembolsar 22 millones de euros para levantar un moderno recinto en el que se prevé puedan trabajar otros 130 trabajadores. La producción se podrá elevar hasta los 20 millones de galletas al año. «En las dos fábricas actuales nos hemos quedado sin sitio para futuras ampliaciones», advierte el director de La Flor Burgalesa. Si los precios se estabilizan y siguen cayendo, la histórica empresa podrá añadir otro hito en su dilatada trayectoria.