Personas que acudieron el viernes pasado a ponerse la vacuna de la gripe en el Punto de Atención Continuada de la capital (el PAC, las urgencias ambulatorias, que están en el Divino Valles) tuvieron que marcharse sin la profilaxis, por razones que competen en exclusiva a la organización de la asistencia. Primero, porque parte acudía por derivación del personal de su centro de salud, pese a que la dirección de Enfermería había ordenado de forma expresa a finales de diciembre que «cuando una persona acuda a su centro de salud solicitando vacunarse, se debe garantizar que se le proporcione cita para ese mismo día en el propio centro, evitando derivaciones innecesarias a los PAC». Y, segundo, porque no se previó refuerzo de enfermería en el Divino Valles para la campaña gripal y las tres enfermeras de guardia tuvieron que dedicarse en exclusiva a las urgencias, con 145 pacientes en consulta y otros 13 avisos domiciliarios.
La consecuencia de esta situación fue que un número indeterminado de usuarios tuvieron que marcharse del PAC sin la vacuna y, según distintas fuentes, muy enfadados porque en el centro de salud tampoco se la habían puesto. Y a esto se añade que la Consejería de Sanidad decidió que todo el que quisiera, con independencia de su edad, podía ir los fines de semana a las urgencias ambulatorias para vacunarse sin necesidad de cita previa (en la capital, la información oficial indica que esta opción es viable todo enero entre las 15.00 horas de los viernes y las 21.00 horas de los domingos).
La Consejería de Sanidad adoptó esta medida para aumentar las coberturas de vacunación frente a la gripe y evitar que la epidemia saturara los centros sanitarios, pero también para dar facilidades a los usuarios con más problema para acudir de lunes a viernes al centro de salud, que es el lugar en el que, en principio, se debe administrar esta profilaxis preventiva.
De hecho, en la misiva que la dirección de Enfermería envió en Navidad a los centros de salud así lo especificaba: «Es importante tener en cuenta que los PAC están concebidos únicamente como apoyo para personas que no dispongan de otra opción para acceder a la vacunación». Y, así, afeaba que hubiera centros de salud que ya no dieran cita alguna para recibir la protección frente a la gripe (y/o la de la covid) porque habían cerrado agendas «sin previa comunicación ni autorización de esta dirección».
A pesar de ello, el pasado viernes (al menos) se dio la doble circunstancia descrita: derivaciones desde centros de salud para vacunar y ausencia de refuerzo de enfermería en el PAC. Y, de ahí que, ante la negativa a vacunar de las enfermeras que tenían turno ordinario en las urgencias, los pacientes se enfadaran y algunos, de hecho, registraron quejas.
La demanda de vacunas ahora nada tiene que ver con la del otoño. En la primera semana de noviembre, por ejemplo, se pincharon 13.125 dosis frente a la gripe en todo Burgos y en la primera de enero, 596 (siempre según Sacyl).