Poliocyl es el nombre abreviado de la asociación autonómica recién creada en Burgos con el objetivo de aglutinar y apoyar a las personas que sufrieron poliomielitis en su infancia -sobre todo en los años cincuenta, sesenta y setenta- y que no solo han convivido con secuelas durante toda su vida, sino que ahora están desarrollando otros síntomas más o menos incapacitantes como consecuencia de esta infección vírica, que causó estragos en todo el mundo hasta la aparición y generalización de las vacunas. El colectivo, que ya está registrado con el nombre de Asociación de Afectados por la Poliomielitis y Síndrome Post-Polio de Castilla y León, nace al amparo de la cátedra sobre la materia que han creado la UBU y el Rotary Club.
La entidad inicia su andadura con menos de una decena de asociados, todos afectados, y su presidente es el burgalés José Luis Guerrero. «La tuve con 10 años. Pasé doce meses ingresado en Madrid y tengo algunas secuelas», dice, matizando que esto, que es común a la mayoría de los supervivientes, acaba influyendo en el envejecimiento. «Digamos que nuestra evolución será diferente a la de otras personas que, en la infancia o en la juventud, no sufrieron la polio».
Así explica Guerrero lo que clínicamente se conoce como síndrome pospoliomielítico, «una especie de recaída», que aparece décadas después de la primera experiencia con la enfermedad y que puede llegar a ser muy invalidante. Y, tal y como ha explicado el neurólogo y rotario Mateo Díez en numerosas ocasiones, estas personas no siempre son reconocidas como afectadas por la polio, por lo que se sienten desamparadas y un poco 'en tierra de nadie'.
De ahí que en los estatutos de la asociación se haya especificado como objetivo el prestar ayuda asistencial y sanitaria a todos los afectados por la polio «en sus distintas fases» y contribuir a la integración y bienestar social «de todos los afectados». «Se trata de suplir carencias. Hay gente que necesita sillas de ruedas, fisioterapia o asistencia de algún tipo y queremos que la gente no se quede bloqueada en casa por falta de ese apoyo», añade Guerrero, matizando que su ejemplo a seguir en este sentido es ELACyL, la asociación autonómica de afectados por la esclerosis lateral amiotrófica. Este colectivo también surgió de la iniciativa de cuatro afectados (liderados por el fallecido y siempre recordado Jesús Gómez) y ha crecido de forma impresionante en solo cinco años.
La situación en la que están estos afectados por la polio (niños en los cincuenta y sesenta y hoy adultos) se refleja en la Ley de Memoria Democrática, en la que se hace alusión explícita a la necesidad de que haya «reconocimiento» para estas personas, supervivientes y fallecidas, pero todas víctimas de la falta de respuesta del franquismo a las sucesivas y graves epidemias de polio. Las dos vacunas existentes aparecieron y demostraron eficacia en los años cincuenta, pero España no empezó a vacunar de forma sistemática hasta 1963.
Erradicación. Entre los objetivos de la nueva asociación destaca también la lucha por la erradicación y prevención de la polio, que parece una enfermedad vieja pero de la que hay riesgo de reaparición hasta que no desaparezca de todo el mundo.
En España no hay casos autóctonos de la variante salvaje desde 1988, por lo que se da por desaparecida, como también en Europa, América y buena parte de Asia, pero aún hay casos de la variante salvaje en Pakistán y Afganistán. Y en África han vuelto a notificar infecciones tras años sin polio.
Los afectados interesados en la entidad pueden escribir al correo: poliocastillayleon@gmail.com