26.500 autónomos en alerta ante más recortes en su pensión

G. ARCE / Burgos
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Consideran que penalizar de nuevo la jubilación activa, la que compagina trabajo con prestación, es una «discriminación» y un «recorte de derechos» que pone aún más trabas al relevo generacional

Álvaro es un autónomo con más de 40 años de cotización que en los últimos 7 ha compaginado trabajo con jubilación. - Foto: Luis López Araico

El colectivo de los autónomos burgaleses, integrado por 26.583 trabajadores, ha recibido con «preocupación» y «alarma» la intención del Gobierno de aplicar un nuevo recorte en sus pensiones, en concreto a aquellas que compaginan jubilación y trabajo, muy utilizadas entre este colectivo y que podrían verse reducidas hasta un 40% en sus importes si sale adelante la reforma propuesta.

El contexto en el que se produce este anuncio es muy complejo y delicado, también en Burgos. La pensión media de un autónomo en la provincia es de 947 euros en datos de la Seguridad Social del pasado mes de mayo, muy por debajo de la media de un trabajador por cuenta ajena del régimen general (1.814 euros) y también de la media del conjunto de trabajadores burgaleses (1.527 euros).

Estamos hablando, además, de un colectivo (como el conjunto de los trabajadores) muy envejecido, que reúne la mayoría de sus efectivos en la franja de edad entre los 45 y los 55 años, y en el que un 16,5% del mismo ya ha cumplido los 60 años y está haciendo cuentas de cara a la jubilación. 

Hoy se contabilizan en la provincia más de 4.400 trabajadores por cuenta propia, repartidos, principalmente y por este orden, entre el comercio, la agricultura, la construcción, la hostelería y las actividades profesionales de todo tipo, que están en la última fase de su vida laboral, que acumulan una larga carrera de cotización y a los que, a buen seguro, ha alarmado el anuncio del Gobierno.

Como muestran los números de la Seguridad Social, mayoritariamente han cotizado poco de cara a tener una jubilación cubierta con holgura económica, por lo que muchos de ellos están optando por compaginar trabajo y pensión los últimos años de su vida activa.

La fórmula se emplea en todos los sectores, especialmente por aquellos autónomos cuyos negocios son lo suficientemente boyantes como para seguir generando ingresos o por aquellos que cuentan con una segunda generación que tome el relevo de los mismos y que asuma el grueso del trabajo. 

Hasta ahora, utilizaban el 50% pensión-50% ingresos para prolongar su vida laboral hasta los 70 años e incluso más en casos excepcionales y ocupaciones con un alto contenido intelectual.

Para optar a la jubilación activa  hay que alcanzar la edad de jubilación (o 65 años o 66,6 dependiendo la carrera de cotización) y, desde el año 2022, tiene que transcurrir un año desde que se cumpla la edad ordinaria de jubilación. Este cambio normativo ya causó malestar entre el colectivo del trabajo por cuenta propia.

La jubilación activa permite el cobro del 50% de la pensión o del 100% si se tiene un empleado a cargo. 

Desde la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) se alerta de que los cambios propuestospor el Gobierno afectan a ese 50% de pensión, que ya no es un porcentaje fijo, sino que depende del número años en los que se retrase la jubilación. Si son 2 años (pues uno ya es obligatorio) se cobra un 40% de la prestación; si son 3, es el 50%, la situación que actualmente está vigente. 

«La propuesta que se ha lanzado implica que para cobrar el 50% de la pensión como ahora se tiene que retrasar la jubilación activa tres años. Si se retrasan 4 es el 75% de la pensión y si son 5 se alcanza el 100%. Es decir, estamos hablando de autónomos con 70 años o más para poder acceder a la jubilación activa», explican desde ATA Castilla y León, donde insisten en que, de llevarse a efecto, «sería un recorte de derechos y un retroceso».

Pensiones bajas. Estas propuestas políticas, puntualizan desde FAE, se están realizando en un contexto de pensiones muy bajas, que no se han basado en los ingresos reales del autónomo hasta el pasado año. Hasta el 2023 había una base de cotización mínima y otra máxima y era el propio interesado el que elegía, apostando mayoritariamente por la mínima, de ahí la baja pensión media que actualmente perciben los autónomos.

La jubilación activa no solo compensa las pensiones bajas, sino que ha permitido el relevo generacional en negocios familiares que tienen recorrido y solvencia. Es este un capítulo que está suponiendo un grave problema para sectores, como el comercio o la construcción, donde no es fácil o casi es imposible la renovación.

«Los autónomos necesitamos facilidades, mantener vivas empresas o poner en marcha otras nuevas. Un empeoramiento de la normativa actual nunca ayuda».

¿Cómo es la jubilación de un autónomo?
Exactamente igual que la de un trabajador por cuenta propia, es decir, cada año la edad de jubilación se irá retrasando unos meses hasta 2027, cuando se impondrán los 67 años.

En el presente ejercicio, rigen dos opciones para jubilarse: haber alcanzado la carrera laboral completa (38 años) a los 65 años o en el caso de no haber cotizado lo suficiente, haber cumplido 66 años y 6 meses.

Entre los autónomos son habituales las carreras laborales muy largas, incluso de más de 40 años,  por lo que las jubilaciones anticipada o activa son fórmulas muy recurrentes. 

En este colectivo, especialmente en los que cuentan con trabajadores a su cargo, es frecuente que las pensiones de los empleados sean más altas que la de los empresarios, una paradoja que ha penalizado mucho la creación de empleo autónomo.

Álvaro Beltrán de Heredia | Agente comercial de 73 años

«La salud es clave para seguir más allá de los 65 y que te guste el trabajo»

Una vez que pase el verano pondrá fin a una vida laboral de más 40 años y a su etapa de jubilación activa, que le ha permitido llegar hasta los 73 años de edad en plena forma laboral.

Álvaro Beltrán lleva toda su vida trabajando como agente comercial, llevando representaciones de empresas de materiales de construcción. Primero lo hizo como empleado de una agencia comercial en Valladolid y, desde 1987, de manera autónoma y desde Burgos. 

Prorrogó un año más la edad de jubilación y hace siete optó por la fórmula de  la jubilación activa, concretamente, en septiembre de 2017. «Desde entonces he estado percibiendo la mitad de la pensión que me corresponde y las comisiones que percibo por las representaciones que llevo, que son siempre ingresos muy variables y que dependen de las épocas y también de las crisis, que también las he tenido».

¿Por qué optó por esta fórmula? «Me encontraba bien de salud y eso es siempre lo principal. Me gusta mi trabajo, viajo, visito a mis clientes en almacenes de construcción, entre los que tengo ya buenas amistades». Álvaro recuerda que hay muchos autónomos como él y, en otros casos, con personal a su cargo, con lo que pueden percibir el 100% de la pensión. «En la construcción, y más concretamente en la cerámica, se sigue comprando al por mayor con catálogo y con muchas muestras físicas. Es una venta muy especializada».

Álvaro fue un hombre previsor. A diferencia de la mayoría de los autónomos, desde los 51 años cotizó por la base máxima y «creo que me va a quedar una buena jubilación».