Si la alimentación es clave para asentar a la carroñera, la aparición de los primeros nidos y el éxito de las primeras puestas es un paso fundamental en el proyecto Monachus. A diferencia del leonado, que puebla muchos farallones rocosos a lo largo y ancho de la provincia, el buitre negro busca la seguridad de la altura de los pinos, donde instala un nido de grandes dimensiones en el que criará a un solo polluelo.
En la Demanda se localizan 13 nidos habitados, 9 en la zona de Huerta de Arriba y Neila, y 4 en la riojana de Canales de la Sierra y Villavelayo (uno de ellos está asentado sobre un gigantesco roble, algo que no es muy común). En el Valle del Arlanza han aparecido otros dos, en el entorno de Huerta de Rey y en Barbadillo del Mercado.
Este año se han contabilizado un total de 15 puestas de las que sobreviven 6 pollos, que estos días están iniciando sus primeros vuelos muy vigilados por sus padres y por los profesionales de Grefa, que ya han procedido a su anillamiento y geolocalización con GPS. A diferencia de otros enclaves, los pollos de la Demanda se caracterizan por ser más pequeños de lo que es habitual en esta especie.
Son motivos para la esperanza, aunque el buitre negro sigue siendo una especie catalogada como 'vulnerable'. «Cada año sacamos adelante nuevos pollos. Huerta ha cumplido sobradamente con las expectativas, pero hay que asegurar la población y realizar el seguimiento de la misma», afirma el presidente de Grefa.
Con apenas 3.000 parejas censadas, el buitre negro tiene un recorrido «inmenso» en España y mucho más en Europa. Hay que comunicar poblaciones, incluso reintroduciendo pollos de las colonias más viables (Burgos, en un futuro próximo lo será). El próximo paso es la reintroducción del monachus en Italia y en Cerdeña. También en Grecia, donde los últimos incendios se desataron en el peor lugar y momento, abrasando a todos los pollos...
La exitosa experiencia de Huerta también está ayudando a la recuperación de otras especies de aves como el pigargo, las águilas imperiales, perdicera y real, el cernícalo primilla y el aguilucho cenizo.
Los conocimientos generados en la Demanda están sirviendo para estudios científicos en diversas universidades y para formar colectivos como los veterinarios, ingenieros de montes, agentes medioambientales, biólogos.... «Aquí hay un movimiento constante de gente conociendo el proyecto, algo muy importante para nosotros porque, a la velocidad que destruimos nuestro medio ambiente, necesitamos regenerar espacios y también especies. Es una lucha que no se detiene».