El equipo de Gobierno va a dilatar todo lo posible una decisión que va a tener que tomar tarde o temprano, porque la Gerencia de la Sociedad de Aguas de Burgos no se baja del burro y asegura que este mismo año, con la tarifa actual, no se cubrirán todos los costes de dar este servicio a los burgaleses. Por este motivo, y con el fin de que la calidad del agua no se resienta, los técnicos de la empresa pública defendieron ante el Consejo de Administración celebrado el lunes que la subida de la tasa resulta inaplazable.
En este 2023 con la recaudación por la tasa que pagan los burgaleses solo alcanzará para sufragar un 82% del coste del servicio. Así se lo hizo saber anteayer la Gerencia a los miembros del consejo y a su presidente, Fernando Martínez-Acitores, quien, pese a todo, sigue manteniendo que no es seguro que la tarifa se vaya a incrementar. «Desde la Gerencia nos van a tener que convencer con argumentos serios», afirmaba ayer el también vicealcalde de la ciudad, quien, por otra parte, reconocía que este 2023 es el primero en el que la empresa pública no terminará con superávit y que en 2024 «la sociedad entrará en pérdidas».
Estos motivos no son suficientes para que el equipo de Gobierno tome ya la determinación de subir la tarifa. Martínez-Acitores explicó que en los próximos Consejos de Administración «se seguirán conociendo informes y datos» con el propósito de «saber si hay que incrementar la tasa y, de ser así, cuándo, cómo y en qué cantidad». «Pero en este momento no hay nada decidido, ni siquiera si se va a subir la tarifa», indicó.
Como ya publicó este periódico, la primera propuesta de la Gerencia pasa por aumentarla un 18%, que es el incremento del IPC acumulado desde 2014, fecha en la que se subió por última vez. Pero ayer el presidente de la sociedad pública insistió en que «ni tiene por qué ser ese el porcentaje ni aún se sabe si va a subirse siquiera». En todo caso, expresó su extrañeza por que en esta última década haya estado congelada y ahora se pretenda repercutir en un solo año ese 18% de inflación acumulada en los últimos 10 ejercicios. Asimismo, advirtió de que en la factura de una familia media esa subida significaría un incremento de entre un euro y euro y medio al mes. Y añadió que se estudiaría si las empresas también tendrían que asumir el aumento, si bien señaló que éstas «anteponen la calidad al precio».
Así que ya solo queda esperar. El vicealcalde no se pone plazos para tomar una decisión pero ayer dejó caer que si hay 'tasazo' sería ya para el año que viene. También indicó que si ahora Burgos es la séptima ciudad de España con el agua más barata, si se sube en ese hipotético 18%, aún estaría en la mitad de la lista de los municipios con la tarifa más económica, según el informe de la OCU. Solo el hecho de haber realizado ese cálculo ya revela que en el equipo de Gobierno temen que finalmente haya que subir la tarifa, a pesar de que Vox inició el mandato con la intención «de no subir la presión fiscal e incluso con el objetivo de bajar impuestos».