La historia de la primera huelga en la Catedral escribió su punto final anoche. Los 15 empleados de turismo que iniciaron un paro indefinido el pasado 9 de abril volverán hoy a sus puestos de trabajo tras firmar el acuerdo que alcanzaron con los representantes del Cabildo en una reunión celebrada por la mañana.
La solución del conflicto laboral ha llegado tras la retirada del ERTE que el principal templo de la capital había presentado hasta el 6 de enero de 2023 aludiendo a razones organizativas y la suspensión de las competencias de la actual gerente, Idoia Larrea, sobre el personal laboral de turismo. Una decisión que, en palabras del presidente del Cabildo, Vicente Rebollo, brindó ella misma, que desde el principio «dijo que no sería un obstáculo en las negociaciones». Larrea continuará desempeñando el resto de funciones de la gerencia del monumento Patrimonio de la Humanidad.
Tras la rúbrica que ponía fin a este paro, las dos partes mostraban su satisfacción.
«Han conseguido todo lo que ha sido objeto de la huelga», manifestaba ayer el secretario de Organización de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT, Luis Gutiérrez, representante de los trabajadores, quien señalaba que estaban «deseosos» de volver a su ocupación, «que para ellos es una vocación personal y esto los ha machacado». «Ahora se sienten liberados», agregaba convencido del «papel fundamental» interpretado por el arzobispo, Mario Iceta, en la resolución del conflicto. El prelado decidió implicarse el pasado lunes, cuando anunció que abriría su despacho a todos los empleados. Una tarea a la que dedicó toda la jornada de ayer. A las siete de la tarde recibía al último.
Satisfecha una parte, y la otra. El deán declaraba anoche igualmente su alegría por esta vuelta a la normalidad. «Estamos contentos con que se haya acabado; es lo mejor para todos», sostenía Rebollo al tiempo que exponía su «deseo siempre de cuidar a los trabajadores y también a la ciudad, este monumento es importante para el turismo y hemos intentado que no sufriera».
La Seo se ha mantenido abierta desde el inicio de la huelga, con entrada gratuita y la contratación de una empresa para controlar el aforo. Calculan que en estos días habrán pasado 7.000 personas.
Esa firma se convierte en el último eslabón de una cadena de acontecimientos que se precipitaron el jueves 31 de marzo con el anuncio de la huelga indefinida por parte de los 15 trabajadores de turismo de la Catedral que arrancarían el sábado 9 de abril. Se plantaban tras la intención del Cabildo de presentar un ERTE y por el «clima laboral de los últimos años». Las negociaciones se enrocaron y la plantilla comenzó el paro. Sacaron sus pancartas a la puerta del Sarmental a diario para dar a conocer su situación a burgaleses y visitantes, que, en ningún momento, según el Cabildo, vieron restringido su acceso a la basílica. La situación dio un vuelco, y así lo agradecen los empleados, el lunes con la involucración del arzobispo, Mario Iceta, una mediación urgida desde el inicio por los huelguistas.