Turismo con olor a trufa

A.C. / Bedón
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La familia Fernández Pereda acaba de ofertar la primera experiencia 'trufiturista' de la comarca de Las Merindades y de la provincia de Burgos e invita a visitar su finca de 2 hectáreas en Bedón, en el corazón de Ojo Guareña

Abdón Fernández con Pepe, uno de sus dos perros, en el momento en que el animal, adiestrado para este rastro, ‘caza’ un nido de trufas. - Foto: A.C.

Marga Pereda Pereda recuerda como hace casi cuarenta años, el entonces guarda forestal se acercó a casa de sus padres en Bedón para explicarles que zona del monte les iba a corresponder con la concentración parcelaria que concluyó en 2012. Ella era una veinteañera y escuchó a su padre, Alfredo, lamentar que con el paso del tiempo sus hijos olvidarían aquellas tierras. Marga se prometió mantener vivo ese recuerdo y décadas después, aquellas dos hectáreas que heredó se han convertido en la primera plantación de trufa que ofertará visitas turísticas en la provincia.

Para grupos de un máximo de 15 personas y un mínimo de una, Marga y su marido Abdón Fernández, junto a su hermano Jorge y su hijo Imanol están detrás de Trufavorita, un proyecto familiar que desean contar. De esas ganas y entusiasmo por contarlo nació su iniciativa de trufiturismo en el corazón del Monumento Natural de Ojo Guareña. La llamada 'caza' de la trufa con sus dos perros, Pepe -el experto- y Capo, el aprendiz aventajado, se desarrolla durante los meses de diciembre, enero y febrero y por ello acaban de lanzar su oferta en Instagram (@trufavoritaa),oficinas de turismo y alojamientos de turismo rural del entorno de Sotoscueva. DB pudo comprobar lo emocionante que resulta.

Esta plantación joven de trufa enorgullece a Marga. Amaba profundamente a su abuela que recuerda como cavaba esas fincas con azada mientras estaba embarazada. Nada que ver con la desbrozadora y el tractor. Entonces se sembraba allí cereal, «lo mejor para la tierra porque la desinfecta», asegura. Después llegó la emigración a Vizcaya y treinta años de barbecho hasta que en 2015 decidieron rescatar la finca en medio del monte y plantar 400 robles y encinas con bellotas micorizadas. Comenzaba la aventura que dio su primer fruto el 5 de febrero de 2022. Una fotografía con las amplias sonrisas de Marga, Abdón y Jorge inmortalizó aquel momento.

Lo más bonito viene en diciembre, enero y febrero con la recolección» 

Pepe, un cruce de Pastor Vasco y Border Collie que habían adoptado en Mungia y después adiestró un experto, fue el héroe. Después llegó Capo, un Setter inglés que apareció un día perdido en Bedón y nadie quiso recuperar tras una batida de caza. Viendo a su compañero, aprendió el oficio de cazador de trufa, aunque también le pierden los rastros de jabalí y corzo.

Marga y Abdón trabajaron en el sector del transporte. A ella, una enfermedad la apartó de su profesión, pero le regaló muchas horas para la lectura y el aprendizaje sobre la trufa. Ahora, su cultivo es una de sus principales motivaciones. «Llego y les hablo a los árboles», cuenta esta luchadora. Cursos de formación en Teruel, ferias, visitas a explotaciones y otras experiencias terminaron de completar sus conocimientos y los de Abdón. Conocen muy bien todos los detalles de cómo se gesta una plantación trufera y como se ayudan mutuamente árbol y hongo y se lo explicarán a los trufituristas. A quienes elijan conocer su explotación les espera un bello paseo por la dehesa de Bedón, que si realizan por la tarde, puede depararles un atardecer de postal en días despejados. 

Degustación. Irá guiado y trufado, nunca mejor dicho, de todos los secretos de los montes que se otean en el horizonte. Una vez en la finca, tras un paseo de unos 20 ó 30 minutos, la habilidad de Pepe determinará el tiempo necesario -no más de media hora o tres cuartos- para ver en directo el pequeño milagro. Cuando el animal se detiene y comienza a excavar nervioso hasta dar con el preciado manjar estalla la alegría. Rodea una y otra vez los árboles hasta que se detiene y logra su objetivo. Con DB 'cazó' cuatro piezas. La plantación sigue estando en sus primeros estadios. Logrará el cenit hacia 2030.

En Merindades se dan las condiciones  pero no hay cultura de este cultivo»

Marga y Abdón analizaron sus tierras, las prepararon, las vallaron, las dotaron de riego, las limpian de hierbas durante la primavera en que todas las manos son bienvenidas... Aseguran que en Merindades se dan las condiciones climáticas, aunque la ausencia de heladas no le van bien a la trufa. El exceso de lluvias de este otoño tampoco. Pero insisten en que el hecho de que apenas existan plantaciones en la comarca es más una cuestión de falta de cultura de este cultivo que de idoneidad.

Siempre tuvieron las excursiones a su finca en mente y la iniciativa de una profesora de la Escuela de Hostelería de Artxanda de llevar a sus alumnos, entre los que se contaba su hijo Imanol, les animó aún más tras el éxito de la experiencia. Los empresarios de turismo rural les han agradecido poder ofertar una nueva experiencia y más en los difíciles meses invernales. 

Quienes visiten su explotación también degustarán tres elaboraciones de la trufa de Bedón al finalizar. En lo culinario Marga también es una experta. El sabor de la trufa cambia en función de la tierra, de la altitud y de otros factores. Las más sabrosas serán las más maduras allá por enero y especialmente en febrero. Se puede trufar casi todo, desde los huevos que absorben el aroma de este hongo a través de su porosa cáscara, si comparten el mismo recipiente, hasta el aceite o la mantequilla. Toda la información en el correo trufalasmerindades@gmail.com.